El horno no está para bollos y hay que bajarle de huevos, porque se amarilla el pan.
Mis únicos y queridos lectores, Morena Hidalgo vive momentos de redefinición política, donde las flaquezas de su partido han encendido las alarmas tanto a nivel del 4º Piso como de la dirigencia nacional.
Los tiempos y movimientos de la sucesión transexenal en Hidalgo son claves para la sucesión transexenal del 2030, donde la 4T debe dar el salto cualitativo en la consolidación de un proyecto político de gran calado, y en el que los votos de las y los hidalguenses que en el ascenso de Claudia Sheinbaum aportaron un millón de sufragios a su candidatura, constituirán un pulmón de poder.
La afiliación política emprendida por diferentes partidos de derecha e izquierda en Hidalgo es la operación anticipada en el terreno de adhesión política que inició en el tercer año de la administración de Julio Menchaca, no sólo porque arribaron nuevas dirigencias políticas o se afianzaron las perpetuas, sino porque al gobernador Menchaca Salazar no le aguantaban el paso en las Rutas de la Transformación, ni los de izquierda ni los de derecha. Esta estrategia política ha sido imitada por otros gobernadores, presidentes municipales y dejó un vínculo político con la presidenta Claudia Sheinbaum, que ha hecho de Hidalgo su segunda residencia y podrá viajar en tren a Pachuca.
Frente a la variable de poder de la mayoría de Morena en el Congreso de Hidalgo el PRIAN se ha visto postrado, al estilo de un desahuciado que sólo espera la eutanasia como salida final. En este entretelón, la frustración de la derecha queda al margen de cualquier acción que emprende el gobernador Julio Menchaca, por lo que sus estrategias se ciernen sobre premisas de infiltración política más que de obstruccionismo político, por condición obvia, el Congreso es una barrera infranqueable y sus partidos inoperantes.
En esta ruta de transición política que viven las fuerzas partidistas en Hidalgo, Morena debe consolidar disciplina y dirección política. La dirigente nacional de Morena, Luisa Alcalde, ha tenido más de un diálogo con Marco Rico y debe haber quedado claro que operar es importante, pero cohesionar, es vital.
En este trazo, las inconsistencias políticas y juegos de intereses se han vuelto el pan de cada día en Hidalgo, lo que empuja a la máxima de ¡bájenle de huevos!, porque se amarilla el pan. Amasar en el mismo sentido es vital y es un imperativo en la cocción política.
Ha trascendido en los juegos de poder que personeras y personeros, lo mismo de izquierda que de derecha, se encuentran moviendo arenas políticas para tratar de perfilar sus cartas de cara a la sucesión transexenal del 2028. Esto estuvo precedido en primer término a los inicios de la gestión del gobernador Julio Menchaca, por intereses personales y de grupo; empero, paulatinamente, dejó ver acuerdos de operación política para garantizar una distribución a modo de escaños en el siguiente mandato gubernamental donde no sabemos si “Habemus gobernadora o gobernador”.
En esta atmósfera destaca en los juegos de poder la proximidad de empresarios y financieros que se han adherido tanto a los grupos que engrosan la derecha como la izquierda en la carrera al 2028. Muchos de ellos, lastimados por no estar contemplados en el padrón de empresas que mantienen negocios públicos y, los que, en sus resabios, recuerdan los negocios jugosos que efectuaron en la época del bastión priista en Hidalgo. En este escenario, no prima el eslabón de la adhesión política, sino de la necesidad de restaurar los negocios privados con fachada pública.
Las arenas políticas ya se encuentran haciendo su jugada en las fuerzas de la izquierda y la derecha, sometiendo a presión la estructura del gobierno de Julio Menchaca que, desde luego, ha tocado intereses políticos y económicos, dejando en indefensión a aquellos que eran juez y parte, que deben bajarle de huevos a la cocción política.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
