El estado de Hidalgo forma parte del mapa operativo del narcotráfico en México, aunque con una configuración particular. De acuerdo con el National Drug Threat Assessment (Evaluación Nacional de la Amenaza de las Drogas) 2025, elaborado por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) mantiene una presencia significativa en la entidad, consolidándose como el grupo de mayor influencia criminal en la región.
El informe, que analiza las estructuras y redes del crimen organizado en América del Norte, resalta que el CJNG opera ya en los 32 estados de México y en más de 40 países, con una expansión agresiva que combina tácticas de franquiciado, violencia sistemática y redes de corrupción.
"Es probable que el CJNG esté aumentando su participación en actividades no relacionadas con drogas, como el robo de gasolina, esquemas de extorsión, infiltración en industrias legítimas, cobro de cuotas por el tráfico de personas y fraudes inmobiliarios —incluyendo fraudes en tiempos compartidos— con fines de lavado de dinero. Los miembros del CJNG participan cada vez más en estas actividades para diversificar sus fuentes de ingresos y proteger sus activos del narcotráfico frente a las incautaciones de las autoridades”.
Además del CJNG, la DEA confirma presencia operativa del Cártel de Sinaloa —uno de los principales productores y exportadores de fentanilo y metanfetamina a Estados Unidos— y del Cártel del Noreste, grupo que opera en células y que ha ampliado su influencia gracias a alianzas con fracciones del propio Cártel de Sinaloa, como Los Mayos.
En contraste, el documento señala que la Familia Michoacana, la Nueva Familia Michoacana y el Cártel del Golfo —todos designados como Organizaciones Terroristas Extranjeras por el Departamento de Estado de EE.UU.— no tienen presencia documentada en Hidalgo. Esto se atribuye a que sus operaciones están centradas en el occidente, Tierra Caliente y el noreste mexicano, sin haber establecido rutas activas ni células estables en esta entidad.
La DEA advierte que tanto el CJNG como el Cártel de Sinaloa son responsables de la mayor parte de las muertes por sobredosis en EE.UU., al controlar los laboratorios clandestinos donde se fabrica fentanilo con precursores importados desde China e India. Ambos grupos han establecido redes en casi todos los estados del vecino país, y su consolidación en México representa un desafío no sólo de seguridad pública, sino de gobernabilidad.
En el caso de Hidalgo, la presencia del crimen organizado no se manifiesta en los niveles de violencia que se observan en estados como Michoacán, Guanajuato o Zacatecas, pero su rol como territorio logístico y de expansión es clave. Las autoridades locales y federales deben enfrentar este escenario con inteligencia estratégica, prevención del reclutamiento de jóvenes y combate a la corrupción institucional.