Cines aprovechan “respiro” y ofrecen otra vez funciones hasta tarde

Luego de ser cerrada al considerarse actividad no esencial, parece que la industria de las salas cinematográficas vuelve a tomar tonalidad muscular y lo que en los últimos meses del año pasado eran funciones hasta con solo un espectador, ahora hay una amplia asistencia.

Con lo anterior, otra industria pausada también vuelve de la mano con dichos establecimientos: cinematográfica, quien no dio la espalda pese a las alianzas de estrenos simultáneos en plataformas de streaming, aunque queda la duda de si se reservó lo mejor para la pantalla grande.

El caso es que los complejos pasaron de las letras de marquesina de “nos veremos” a las más “recientes” producciones, en comillas porque algunas fueron aplazadas en sus lanzamientos desde 2020 en espera de más público para mayores ganancias.

Aunque eso no parece importar ni desmotivar a los cinéfilos, quienes desde el inicio y hasta el cierre de horarios abarrotan sucursales como la ubicada en plaza Bella, quien ya vuelve a ofrecer funciones hasta última hora que acaban, literalmente, cuando barren el lugar: 22 horas.

Pero ahora el acceso es distinto, ya no es tan libre y en su entrada una persona además de disponer de las medidas inquiere si ya se compró un boleto por Internet o no, en el segundo caso canaliza a un pasillo para hacer lo propio, donde se observa para los horarios finales una nutrida asistencia para cada cinta a proyectar.

 

Subieron los precios o los recordábamos más baratos

En cada parada al cine las palomitas, golosinas y refresco son obligadas y estas aún son expedidas, aunque destaca que en cada mostrador ahora hay mamparas y los trabajadores tratan de limitar en lo posible el contacto; pero al pagar uno se percata con extrañeza si esos eran los precios de antes, los prepandemia.

El total de la visita fueron 133 de una sola persona: 55 del boleto y 78 de rosetas medianas, ¿no estaban en 50 y algo? Aunque no había mucha gente al ser horario nocturno, el acceso propiamente a la sala también mutó con la contingencia, atrás quedaron las personas que cortaban tu boleto como marca de que habías culminado las horas que durara el filme.

Pero algo que resaltó, además de los precios, fue que por disposición oficial las puertas deben permanecer abiertas para ventilar el aire, pero lo que también succiona es el ambiente de cine, pues ahora se perciben los ruidos de proyecciones contiguas que se mezclan con la tuya y de repente esa curiosidad de saber qué escuchas te distrae de los diálogos de tu película.

El resto, como las cintas, es historia y harto conocido por todos: se encienden las luces, a unos las sorprenden abrazados, otros están separados con los dos lugares reglamentarios de distancia, pero seguro es que a más de uno sí le gustó la trama y no estuvo como algunos texteando en su teléfono.

 

El mensaje no llega, aún hay demasiada movilidad

Parece que el mensaje de que pudiera haber un repunte del coronavirus (Covid-19) ante el relajamiento de medidas no llega o se confía demasiado, pues ayer sábado, un día después de que Hidalgo refrendara su nivel verde del semáforo epidemiológico federal, y la población pachuqueña parece retomar la nueva normalidad sin lo nuevo y abarrota las calles.

Aunque ello solo aplica para las zonas céntricas o lugares comerciales de la ciudad, ya que en colonias contiguas a ellas las calles parecen fantasmas y se ven a personas y vehículos como la brizna que caía por la tarde: a cuenta gotas.

Pero no es así en los lugares referidos arriba, ya que solo al llegar a ellos comienza a verse una importante masa poblacional dispersa, sola o en parejas, en familia o sin ella, con o sin hijos, pero es claro que sin sana distancia; el motivo es un fin de semana para salir y despejarse.

Aunque pareciera reiterativo, la realidad se contrapone con la indicación oficial aún vigente: permanecer en casa y no exponerse salvo que sea necesario para cortar la cadena de transición del patógeno, pero en cada rincón de la zona centro, como en la periferia del Reloj monumental, que amén de seguir acordonado ya no hay nadie en sus bancas o pérgola, se ven personas y personas.

Sus calles no se salvan de ellas y aunque algunos establecimientos se ven cerrados en cumplimento a las medidas, solo están así porque los sábados solo se trabaja medio día, pero quienes no “descansan” mantienen sus puertas abiertas y reciben a la clientela con los ya clásicos tapetes sanitizantes -que de sanitizante no tienen nada- y en cambio acumulan polvo.

Aunque lo anterior no es la regla para todos, pues otros sí tienen disposiciones como termómetros y gel antibacterial que aplican de modo riguroso y en breve tiempo no pudo observarse el incumplimiento o rechazo a “pasar” por ellas.

 

Plazas también abarrotadas

En sus plazas comerciales más cercanas al Reloj: plaza Bella y Revo, puede verse una amplia ocupación desde la tarde y en ellas sus locatarios aprovechan la ampliación de horarios dictada por la Secretaría de Salud de Hidalgo (SSH) para poder vender más y recuperar algo de lo perdido en las dos clausuras de actividades no esenciales.


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