Este lunes se exhibe, como parte de la LXI Muestra Internacional de Cine en el teatro Guillermo Romo de Vivar, la cinta mexicana Tempestad, de Tatiana Huezo, que ha obtenido diversos premios en varios festivales, y que sin duda es una de las más conmovedoras cintas nacionales de los últimos tiempos.
Egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica, esta realizadora salvadoreña se dio a conocer con El lugar más pequeño, un espléndido documental que narraba la historia de los habitantes de un poblado azotado por la guerra civil salvadoreña.
Como en su corto Ausencia, en el que mostraba a una mujer que buscaba a su hijo y a su esposo desaparecidos, Tatiana parte de dos casos reales: el de Miriam Carvajal, una empleada del Instituto Nacional de Migración que fue acusada injustamente de tráfico de personas, y el de Adela Alvarado, una madre que busca infructuosamente a su hija desaparecida, mientras trabaja en un circo ambulante.
Las dos mujeres son víctimas inocentes de la violencia imperante que las rodea y de su condición femenina, que las vuelve blanco fácil para el abuso y la discriminación. Sin necesidad de mostrar la violencia en la pantalla, la directora ilustra el calvario de estas dos valerosas mujeres que luchan por su vida y por sus hijos.
Resulta particularmente conmovedor el relato de Miriam, que es enviada a un penal controlado por los narcos en donde presencia y vive un verdadero infierno.
Tempestad resulta un crudo pero magnífico documental que no hay que perderse, pues seguramente no tendrá exhibición comercial posterior.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
