Toros de Tijuana fue el equipo que más se reforzó en la etapa final, lo que le permitió terminar en segundo lugar de la Zona Norte con 54 ganados y 38 perdidos. Por eso resultó más dolorosa su eliminación ante los Algodoneros de Unión Laguna en seis juegos, con derrotas 4-2, 4-3, 4-3 y 11-6, pese a dos triunfos claros (7-2 y 9-2).
Bateo reforzado
El equipo comandado por Óscar Robles batalló todo el año con la ofensiva, por lo que llegaron varios refuerzos importantes:
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Aderlín Rodríguez, líder de cuadrangulares con 35, además de 96 impulsadas y un excelente .336.
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José Alonso Gaitán, sublíder de bateo con .380.
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César Itzuris, sólido con .335.
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También aportaron Hernán Pérez (.313, 19 HR, 64 producidas) y Jack Mayfield (.301, 8 HR, 58 producidas).
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El veterano Junior Lake mantuvo nivel con .299, 16 homeruns y 60 producidas.
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En contraste, Isaac Rodríguez bajó su rendimiento a .272, con apenas 3 cuadrangulares y 21 impulsadas.
Pitcheo con altibajos
En el montículo, la llegada del ex ligamayorista Domingo Germán resultó mediática, pero con poco aporte real.
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David Reyes, procedente de El Águila, cerró con marca de 6-3 y 4.35 en carreras limpias.
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Jorge Pérez terminó con 4-5 y un alto 5.83.
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Caleb Baragar logró un sólido 5-0 con 3.59.
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Ben Braymer se quedó en 6-5 con 4.15.
El relevo tampoco encontró estabilidad. Finalmente, Diego Castillo quedó como cerrador y Roel Ramírez asumió el rol de preparador (4-2, 3.16).
Un fracaso con consecuencias
Así, la eliminación de los Toros se considera un fracaso rotundo, que probablemente le cueste el puesto a Óscar Robles, uno de los últimos sobrevivientes de la actual gestión.

Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.