Creo que la mayoría conoce la encomienda de Dios a Noé para construir el Arca de la Salvación. En todo caso, un buen martillo hace que el carpintero nos ilustre en la construcción magistral de su obra.
Quizá debí titular este artículo “la distribución del poder en Morena”, pero me hubiera quedado corto en la metáfora de la construcción del poder. Mis únicos y queridos lectores, inicio este análisis tratando de instalar en sus ojos la complejidad de la distribución del poder en Morena.
El desencuentro que persiste entre el senador Cuauhtémoc Ochoa con el secretario de Gobierno, Guillermo Olivares, toca una fibra sensible en la distribución del poder en Morena y los recovecos que han quedado pendientes sobre los que se edificó el triunfo del 2 de junio de 2024 en la izquierda, todavía obradorista con rostro claudista.
No siempre las mujeres y hombres idóneos en el servicio público ocupan los cargos. En los hechos, el claudismo, en ascenso, ha tenido que librar una batalla para depurar las fuerzas de la izquierda y lograr, paulatinamente, ir perfilando la funcionalidad de las instituciones y estructuras de gobierno.
El martillo del carpintero apenas empieza a darle forma a la distribución del poder.
He insistido que en Morena “ni son todos los que están, ni están todos los que son”; a este tenor, en verdad os digo que depurar la funcionalidad de un entramado administrativo en el ejercicio de gobierno es intrincado; responde a las estructuras de base y confianza y, quizá en los puestos clave de confianza, suele primar más la confianza que la pericia y la calificación intelectual y profesional.
En el gobierno de Julio Menchaca, el titular de la Secretaría del Despacho del Gobernador, Alejandro Velázquez Vázquez, es uno de los precursores e intérpretes de la necesidad de crear una estructura burocrática acorde a las exigencias de una transformación trascendental en la nación. Velázquez Vázquez es, sin duda, una de las piezas del ajedrez político del gobernador Menchaca Salazar que ha armonizado muchos de los principios de la distribución del poder en el staff de Morena y ha creado nuevos instrumentos para la plena acción de programas de capacitación institucional.
En este trazo, la distribución del poder aparece como un factor de empoderamiento, pero debe obedecer a la plena capacidad y responsabilidad de los servidores públicos.
Miguel Tello, en la Unidad de Planeación y Prospectiva, se une a la concepción de la distribución del poder en base a la profesionalización de los servidores públicos. En su caso, el martillo del carpintero esgrime la función vital de diseñar y construir acciones que impacten en el equilibrio del desarrollo de Hidalgo, lo que exige afinar los planes y programas de gobierno y pavimentar los escenarios futuros.
La pinza en esta condición de la distribución del poder la cierra el contralor Álvaro Bardales, que arquea el Arca Gubernamental para que la distribución equitativa de recursos y la calidad de las obras constituyan el equilibrio que mantenga la probidad y funcionalidad de la administración pública en los 84 municipios de Hidalgo.
Es tiempo de que en Morena sean todos los que están.
Queda abierta, mis únicos y queridos lectores, la discusión sobre la depuración de las estructuras de poder en el partido de Morena Hidalgo; pero, esa es otra historia que el martillo del carpintero habrá de construir en una próxima emisión.

Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.