El mundo global. Parte II

El mundo global se basa en la competencia violenta que humilla al otro; el que consume es inteligente y exitoso; el que no, es flojo y tonto.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.

A quienes solemos reflexionar, la globalización nos ha dejado el desencanto de que el consumo de lo superfluo ha sustituido a la razón para aprovechar ese “mundo global” y poder abordarlo para crear el verdadero bienestar y desarrollo que genera la gobernanza del intelecto-país.

En este trazo, es importante pensar que las herramientas “novedosas” de la tecnología aplicada al mundo de lo superfluo no son por sí mismas las que generan dividendos para una sociedad. Ejemplo: no por adquirir una computadora o teléfono de última generación nos volvemos más inteligentes.

El sociólogo chileno Ariel Dorfman analizó que el colonialismo moderno se basó en el dominio y penetración cognitiva, en primer lugar, guardando el secreto científico y, en segundo, obligándonos al consumo de sus mercancías. Esto provocó un atavismo y, desde luego, un subdesarrollo cognitivo que aún impera en nuestros días como coloniaje cultural.

¿Cuántos crecimos con Batman, Superman, la Mujer Maravilla, el Pato Donald? En cada caso, el coloniaje cultural nos enseñaba que en una sociedad existían héroes y villanos y, por ende, una escala de valores entre buenos y malos que aún perdura, pero no solo eso, pues nos enseñó que la vida era entre buenos y malos, empujándonos al “éxito de competir”. Es por ello que generaciones enteras del mundo global crecieron pensando y asumiendo la violencia degradante de competir, porque en una competencia alguien gana y alguien pierde y, lamentablemente, el que pierde es un ser humano.

Entonces, el mundo global cosificó las relaciones humanas, nos dijo que había un día para amar: el 14 de febrero, y que había que festejarlo con consumo y para el consumo. Cupido tiene precio. Ese mundo global hizo del juego y el deporte una competencia para la violencia, había que ganar y derrotar, lo mismo en futbol que en atletismo; lo malo es que los derrotados son seres humanos y la derrota cosifica la realidad, porque el que pierde no es exitoso e incluso no es apto para la vida.

El mundo global se basa en la competencia violenta que humilla al otro; el que consume es apto, inteligente e incluso exitoso, aunque su consumo provenga del robo, la estafa, el peculado o el despojo; mientras que, el que no consume, se debe a que no es apto, es flojo e inclusive, tonto.

El mundo global nos volvió enemigos. ¿Cuándo los seres humanos seremos amigos y viviremos en la colaboración y la equidad, no en la competencia violenta del mundo global?

 

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.