Los lamentos de ultratumba se ciernen sobre el PRI Hidalgo, mis únicos y queridos lectores, donde los sollozos del más allá, de Don Plutarco Elías Calles, su fundador revolucionario, se escuchan de forma macabra frente al embargo de la sede del bulevar Colosio. Los lugareños desde la Plaza Gran Patio y los jales, relatan que a media noche se puede oír el gemido: ¡ay mis hijos!
El Ayuntamiento de la metrópoli capital, Pachuca, que preside Jorge Reyes Hernández; a calzón quitado y con la ley en mano, hizo lo que ninguna administración que le haya precedido se atrevió: embargar al PRI Hidalgo.
El embargo a la sede del PRI Hidalgo, el que se ha amparado por adeudo de predial al Ayuntamiento de Pachuca, al más puro estilo matrero de la vieja política de la que fue juez y parte, el intocable y todopoderoso Partido de la Revolución Institucional, amo y señor de la escena del poder gubernamental en México, se ha resistido de manera marrullera y ha tenido que señalar bienes para no perder el elefante blanco de bulevar Colosio.
El amparo siniestro
Es evidente que el amparo solicitado por el PRI Hidalgo es siniestro como los lamentos de Don Plutarco en las noches de luna llena, debido a que en vez de pagar el adeudo de predial de años pasados y presente, utiliza los artilugios oscuros que todavía le quedan en el Poder Judicial que pavimentó cuando era dueño de su estructura, como también de los demás poderes públicos, para evadir una responsabilidad tributaria en una mascarada que, a todas luces, deja ver la grandeza de sus estructuras políticas.
Alito dice que los políticos de Morena son cínicos
El cinismo atroz de este amparo legal marrullero del PRI Hidalgo queda a título de una acción impúdica, que desmiente las palabras de Don Perpetuo, Alejandro Alito Moreno, que no se cansa de señalar que los políticos de Morena son cínicos, corruptos, delincuentes, y lo que se le ocurra en las pocas ocasiones que le dan la palabra en algún púlpito mediático.
En el zafarrancho despiojador entre Miguel Tello y Marco Mendoza
Después de la pelea a verbo limpio -porque no fue a puño limpio- entre Miguel Tello y Marco Mendoza, la rabia del líder del PRI Hidalgo no se hizo esperar frente a la mofa del embargo que señaló el titular de la Unidad de Planeación y Prospectiva sobre la sede tricolor, lo que hizo que la furia del líder del PRINOSAURIO se tirara a despiojar a Tello Vargas, aludiendo que existía “espionaje político”, palabras que bien pudo haber sugerido Alito Moreno, porque dentro de su verborrea sobran este tipo de argucias.
Don Plutarco como alma en pena
Los lamentos de Don Plutarco que se escuchan en la sede del PRI Hidalgo no se deben al estropicio de la deuda del predial al Ayuntamiento de Pachuca. Los quejidos y gemidos de dolor de Don Plutarco se deben a que sus huesos se estremecen desde ultratumba por la serie de desatinos y crisis política en que se encuentra el partido tricolor, en manos que lo desgarran de manera intestina y de una impericia que ha hecho que Carlos Alazraki haya pendejeado a Alito en su programa Atypical.
Toma chocolate y paga lo que debes
La cúpula del PRI Hidalgo debería tener un mínimo de escrúpulos y vergüenza política y pagar la pequeña y diarreica deuda de más de 800 mil pesos por predial al Ayuntamiento de Pachuca. El sainete del amparo marrullero legal sólo exhibe al partido de Don Plutarco como una maquinaria de élite sórdida, cuyo añejamiento como PRINOSAURIO no sólo lo remite al parque jurásico, sino que devela que los tiempos de engañar al pueblo se han empolvado y que ese Poder Judicial al cual controló, hoy le exigirá que tome chocolate y pague lo que debe.
Sugiere Don Chuchito, el del puesto de periódicos, que quizá sería bueno que el PRI Hidalgo rentara la sede como Erbi and Bi o Motel ¡dos llegan, tres van! para pagar la deuda y con ello salvar lo que le queda de honor.
Don Plutarco deambula sin descanso por la sede del PRI Hidalgo, bajo el sonido de sus sollozos, ¡ay mis hijos!
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
