Como cada 28 de octubre, familiares y amigos de Enrique Martínez demuestran su devoción y fervor por San Judas Tadeo, pues aseguran que gracias a sus milagros hoy puede caminar sin problemas, pese a un diagnóstico médico que le sugería una prótesis de cadera para poder vivir adecuadamente.
Viajan en caravana desde la colonia Alcanfores, perteneciente a San Bartolo Cuautlalpan, municipio de Zumpango, Estado de México, hasta la iglesia ubicada en Mineral de la Reforma, Hidalgo. Son 16 ciclistas y 45 personas más en automóviles y camionetas, quienes salen desde las 6:30 de la mañana acompañados de una imponente figura religiosa que los guía en la travesía.
También los acompaña Ytalica y San Agustín Gómez, quien hace años fue sometida a una operación a corazón abierto. Sus familiares pidieron a “San Juditas” que todo saliera bien.
“Venimos por una manda que tenemos, hace unos años la operaron de corazón a pecho abierto y venimos cada año a pagar nuestra manda, y hace tres años me querían operar y poner prótesis de cadera, no me daban esperanzas de vida y pidiéndole al patrón ya andamos otra vez dando lata por acá y otra vez de vuelta andamos en la bici”, comentó Enrique en entrevista con Effetá.
Este es el segundo año que acuden a la iglesia de San Judas Tadeo en la colonia Carboneras. Antes asistían a las capillas de la Ciudad de México, sin embargo, consideran que la festividad en esa zona perdió religiosidad.
“Es nuestro segundo año que venimos de este lado, anteriormente íbamos a la del metro La Raza, pero igual ya no vamos por lo mismo de que allá la gente ya no lo hace por devotos, sino que ya van por el vicio que hay, ya no nos gustó y preferimos de este lado”.
No es desconocido que San Judas Tadeo es una figura a la que, supuestamente, se encomiendan delincuentes o personas con problemas de adicciones; sin embargo, existen creyentes que no coinciden con esa visión, pues lo invocan para enfrentar enfermedades, dificultades emocionales y momentos desesperados.
María Cruz Aguilar, devota del apóstol de las causas difíciles, compartió que tras la muerte de un ser querido encontró paz y resignación, pues rezarle a “San Juditas” le dio fortaleza para afrontar la pérdida.
Desde temprana hora comenzaron las misas en honor al patrón de las causas perdidas y los casos desesperados. Cientos de feligreses escucharon el mensaje del sacerdote, acompañados por música de viento y mariachis. Afuera, miles portaban collares, rosarios, estampas, playeras y figuras del santo. Las flores amarillas abundaron, así como los atuendos en blanco y verde.
Luego de las homilías, quienes salieron de la parroquia recorrieron los puestos de ropa, mercancía religiosa y comida tradicional como tacos, gorditas, tamales, ponche, pan de feria, esquites, banderillas, postres y dulces típicos. Los festejos continuarían más tarde con bailes y grupos musicales.
