En una intrincada red de enlaces filtrados y develados en México y Estados Unidos, diversos eventos en donde se ha visto inmiscuida la cúpula del PRI ya perfilan una noción clara de la extinción del partido tricolor desde Washington.
La sede del PRI Hidalgo, que se encuentra bajo un proceso administrativo de embargo por el Ayuntamiento de Pachuca que preside Jorge Reyes, ha develado no sólo un golpe de ley magistral a las entrañas del destierro del ADN político y la identidad del partido tricolor en Hidalgo, sino, también, ha sido un golpe en la mesa de Morena que no fue advertido por la cúpula priista que encabeza Marco Mendoza.
En este trazo, los eventos políticos se fueron desencadenado; algunos por la inercia de la erosión de poder y conducción ineficiente e insuficiente del PRI Hidalgo y otros por un eslabón lógico de crecimiento de capital político de Morena en la gestión de Claudia Sheinbaum y Julio Menchaca.
En esta tesitura, el incremento de aprobación tanto de la presidenta Sheinbaum Pardo como del gobernador Menchaca Salazar estuvieron acompañados de logros en inversión y disminución de la pobreza, y se entrelazaron con el acercamiento al gobierno de Washington que, paulatinamente, ha ido aplazando la imposición de aranceles y le ha dado respiro a la suspicacia de que Trump ordenaría una intervención norteamericana en Sinaloa para detener el tráfico de drogas y asestar un golpe a sus cárteles.
Sobresale de esta conexión política entre el gobierno de Claudia Sheinbaum y el de Donald Trump el hecho de que la semana pasada el gobierno de México extraditó a 26 narcotraficantes a Estados Unidos, y Omar García Harfuch salió fortalecido en la estrategia de combate a la delincuencia organizada, aumentando sus momios hacia la sucesión presidencial del 2030.
Días previos, la visita del líder perpetuo del PRI, Alejandro Moreno, a Estados Unidos, fue rechazada por el gobierno de Washington; mientras, la presidenta Sheinbaum Pardo advertía que Alito era “un vendepatria”. Alito no encontró eco en Estados Unidos, mientras, que, en Hidalgo, se le asestaba un golpe al PRI, del cual no expresó nada, como tampoco lo hizo Carolina Viggiano, dejando en un impasse el posible desafuero de Don Perpetuo.
La pelea virtual entre Miguel Tello y Marco Mendoza, a todas luces por inercia política, pero que afianzó un nuevo esquema de presión, develó condiciones de poder aletargado en el titular de la Unidad de Planeación y Prospectiva, que había visto reducido su capital político en el último mes en torno a la disputa por la gubernatura. Sin embargo, la conminación del gobernador Julio Menchaca a Miguel Tello y Marco Mendoza envió un mensaje en código a Tello Vargas, dejando claro que quien tiene la última palabra es el gobernador y que las fichas del ajedrez político no han culminado en el enroque final.
La decodificación del evento del embargo a la sede del PRI Hidalgo devela que las horas para el partido tricolor están contadas en México. La atmósfera se enrarece para el tricolor debido a que los vectores de poder de Morena como el rechazo de Washington, que auspicia un golpeteo al ADN del PRI y la consolidación de un gobierno de izquierda con trazos de firmeza social, pero no opuestos, necesariamente, a los intereses norteamericanos.
Este escenario complejo deja ver que pese a que Don Perpetuo le vendió el oro y el moro, y le entregó toda expectativa de control político y económica de México al gobierno de Washington, el análisis del gobierno norteamericano sobre las condiciones que expresa el gobierno de Claudia Sheinbaum, que no se ha cansado de manifestar que son socios comerciales, pero tampoco ha dejado de señalar que “México es un país soberano”, se une a las presiones de una tercera variable: los BRICS.
La presión que ejerce el acercamiento de América Latina a Rusia y China ha puesto alerta en el gobierno de Washington sobre la posible adhesión de México, lo cual explica, que, bajo este juego intrincado de variables económicas y políticas, Washington haya demolido la propuesta entreguista de Alito.
Hidalgo y su gobierno de alternancia política se han convertido en piezas clave para entender una buena dosis del ajedrez político que está jugando la presidenta Claudia Sheinbaum en el epicentro de consolidación del bastión partidista guinda en Hidalgo y Estado de México; para, primero, golpear la identidad del ADN del PRI y posteriormente marcar su extinción.
