La democracia contemporánea en México nos ha aleccionado sobre la imperiosa necesidad de reconfigurar el orden político y garantizar igualdad de derechos e igualdad de dignidad como advirtió Claudia Sheinbaum en su mensaje presidencial.
En el Senado de la República, las cartas fuertes de Hidalgo -en el papel de los morenistas Simey Olvera y Cuauhtémoc Ochoa– no sólo implica la representación y voz ciudadana en una de las Cámaras decisorias de la ingeniería constitucional y las realizaciones de las oportunidades sociales. A diferencia de la visualización que tiene la ciudadanía en Hidalgo de lo que implica la labor legislativa de las y los diputados, la titularidad del Senado no se presenta con la nitidez y claridad de actuación gubernamental para la ciudadanía.
El papel de depuración de las resoluciones legislativas y la aprobación “filtro” de leyes en el Senado, no son la única materia que atiende el corpus de la Cámara Alta. Queda claro su participación a nivel internacional de los acuerdos, designación del cuerpo diplomático e inclusive acuerdos económicos que suscribirá el Poder Ejecutivo en manos de Claudia Sheinbaum; se une de manera transversal a una gestión para garantizar la igualdad de derechos y la igualdad de la dignidad humana en un gobierno con perspectiva de inclusión social.
Ambos temas, en Hidalgo, igualdad de derechos e igualdad de dignidad se erigen como sustantivos y han develado el déficit de atención gubernamental que ha existido históricamente, al grado que las manifestaciones sociales que suelen convertirse en lobby de presión para el gobierno de Julio Menchaca tomando vías arterias de comunicación, se han gestado, precisamente, como un efecto nocivo de la desigualdad de derechos y la desigualdad de dignidad que prima en el estado.
Existe notoria diferencia entre la democracia ideal y la democracia real.
Generar equilibrios entre la igualdad de derechos y la igualdad de la dignidad humana prescribe todo camino de la planificación gubernamental. Esto lo dejó claro Sheinbaum Pardo en su mensaje presidencial al hablar de la equidad social y gobierno de inclusión.
En este trazo, la gestión de Simey Olvera en el Senado debe cobrar una resignificación hacia la defensa de la igualdad de derechos y la igualdad de la dignidad humana en Hidalgo. Simey Olvera se apresta de cara a la reforma política sobre alternancia de género en los encargos públicos, a una reingeniería constitucional de la cual ella será partícipe, al igual que la también hidalguense Carolina Viggiano; que, seguramente, se verán las caras en la próxima contienda electoral a la gubernatura del estado de Hidalgo 2028.
El escenario político en el que podrían contender Simey Olvera y Carolina Viggiano, también predispone la candidatura por Movimiento Ciudadano de Adriana Flores quien obtuviera una inmejorable respuesta ciudadana arrebatándole 100 mil votos a Viggiano Austria en la elección del 2 de junio pasado. Se espera en esta atmósfera, que el Grupo Universidad con el PT entren al quite con un as bajo la manga, lanzando a una candidata de peso y presencia política en Hidalgo.
Se apresta la palestra política en Hidalgo a cambios sustantivos en los esquemas del orden político imperante. Igualdad de derechos e igualdad de dignidad, se aprecian como vectores que abrirán nuevas necesidades de hacer valer la presencia y respuesta gubernamental, si las o los aspirantes a la gubernatura desean habitar el 4º Piso.