“It’s ok, baby girl. I got you”

“Por dentro estoy hecha un remolino que arrastra basura, polvo, frío y fantasmas por igual, y a veces me asfixia el anhelo de que alguien venga y los ahuyente por mí”.

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Por: Alma Santillán

Mujer, escritora, pachuqueña. A veces buena, a veces mala. Tiene dos mascotas que no se toleran entre sí, y dos corazones, porque uno no le alcanza para todo lo que siente.

A mí de pronto me atrapa el silencio y me quedo callada durante días, semanas, meses. Pero resulta que esa quietud sólo se mira por fuera…por dentro estoy hecha un remolino que arrastra basura, polvo, frío y fantasmas por igual, y a veces me asfixia el anhelo de que alguien venga y los ahuyente por mí, porque me canso de tanto intentar hacerlo yo misma y no lograrlo.

También me canso de llevar la cuenta de los días que las palabras no salen por mi boca ni por mis manos porque mi garganta y mi cabeza son un embudo taponeado por una mezcla de tristeza y ansiedad que pocas veces siento propia. Me devano los sesos pensando de dónde viene, pero más que eso: cómo hago para desintegrarla.

Tengo chispazos de serenidad que no alcanzan para alumbrar el cuarto oscuro que a veces soy por dentro; de vez en cuando me miro en el espejo y digo: “al diablo todo, que sea lo que tenga que ser, me rindo”…pero luego me vuelvo a aferrar a encontrar el porqué de cada cosa que me pasa y a la fantasía de tener todo bajo control. Otras veces me detengo y me digo a mí misma que debo ser paciente, no desesperar y no seguir siendo un chivo en esta cristalería llamada vida.

Cuando estoy tirada en el piso, bañada en lágrimas, cuatro palabras me llegan a la mente como por arte de magia: debo dejar de pensar. Y entonces llega la calma, esas palabras responden perfectamente a cada pregunta que me hago una y otra y otra vez. Pero a mi cerebro le parece una respuesta que si es tan fácil no puede ser real y la espiral empieza de nuevo.

Hay días en que logro tomar distancia del drama que yo misma construyo, y entonces lo miro y digo: “me estoy complicando la vida, esto es mucho más sencillo”, y descubro que casi todo se reduce a que debo soltar y aprender a hacer lo que hace una ola en el mar.

Debo estarme saboteando, pienso, porque soy gran parte de lo que desde niña soñé, porque a diario tengo más risas que lágrimas, porque he logrado salir de lugares que me arañaban el alma, porque existen decenas de razones más que me deberían alejar de la tristeza, pero de repente mis ojos miopes me traicionan y no las alcanzo a ver.

No he aprendido a reconocer todo lo que sí soy y lo que sí hago, por la mala costumbre de ser mi peor jueza, fruto de años de exigencias sin sentido y expectativas irreales respecto de lo que debería ser y hacer.

Uno de esos “debería” es que yo sola debería ser capaz de tranquilizarme y contenerme en cada pequeña y gran crisis, pero no imaginan las ganas que tengo de que, como en la serie, un día alguien venga y me diga: “it’s ok, baby girl. I got you“…y que de verdad lo haga.

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Por: Alma Santillán

Mujer, escritora, pachuqueña. A veces buena, a veces mala. Tiene dos mascotas que no se toleran entre sí, y dos corazones, porque uno no le alcanza para todo lo que siente.


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SÓLO ESTOY VIENDO - Alma Santillán

Mujer, escritora, pachuqueña. A veces buena, a veces mala. Tiene dos mascotas que no se toleran entre sí, y dos corazones, porque uno no le alcanza para todo lo que siente.