La comprensión ontológica 63

«El peso más grande», así llamó Nietzsche a su alegoría del eterno retorno en §341 de La Gaya Ciencia (Die fröhliche Wissenschaft) donde expone la interpretación del devenir sobre una supuesta repetición infinita de todas nuestras acciones y omisiones en la vida. El eterno retorno de lo mismo. ¿Y qué sería «lo mismo»? La vida que elegimos, no sólo en términos grandilocuentes de un gran destino con un místico significado abstracto sino concretamente cada una de las decisiones y omisiones de nuestra existencia. Por ejemplo, cuando termine mi vida voy a volver a vivirla exactamente como la viví, ¿la viví bien? La respuesta afirmativa reside en desear dicha repetición perenne y, por el contrario, la respuesta negativa residiría en desear otra vida.

 

63.1     La picadura no dolió de inmediato sino a partir de que la serpiente desapareció de mi vista, dos veloces colmillos atravesaron fácilmente el desamparado calcetín entre mi zapato y el pantalón de mezclilla que, quizá, pudo haber-me protegido de la ponzoñosa mordida. Ese fue el primer dolor, fugaz e inmediato. No obstante, mientras la consciencia apenas arrancaba su motor para entender qué había pasado, sucedía y sucedería como consecuencia, vino el segundo dolor: millones de aguijones repartiéndose bestialmente por mi tobillo como cristales derritiendo su interior y, desgarradoramente, provocándome una fiebre que como bomba expansiva cubría-me en lo absoluto. El tercer dolor, el más intenso, fue el que me desmayó. Era el veneno recorriendo mi cuerpo.

 

63.2    El «eterno retorno» es la respuesta de Nietzsche a quienes preguntan por el sentido de la vida y, particularmente, una crítica contra quienes lo hacen a través de algo externo como el mundo metafísico.

 

63.3    La serpiente de cascabel me mordió porque me le quedé viendo, si hubiese estado tranquilo y, serena-mente conviviendo fluidamente en el entorno, probablemente no me hubiera atacado. Quién sabe. Sin embargo, no podía haber sido diferente, era imposible que no me le quedara viendo, era bella y sus fugaces ojos me hipnotizaron el tiempo necesario para defenderse. Ésta no me atacó sino que asumía mi ser como un peligro para su supervivencia. Me atacó sólo desde mi punto de vista, me atacó según mi perspectiva humana pero, en realidad, sólo se defendió de nuestra maldita especie. No me atacó así como nunca hubo hostilidad del desierto, con sus espinas y sus piedras mientras huía de la turba que quería lincharme. La serpiente sólo se defendió de su peor depredador. Incluso me advirtió, agitando su cola y el sonido de cascabel precedió mi consciencia del mortal momento que acaecería. La serpiente sólo intentaba sobrevivir. Y, por supuesto, lo logró.

 

63.4   Es el peso más grande porque tu cabeza está llena de metafísica, por eso te lo tengo que explicar en dichos términos, es decir, para que veas lo importante que es tu vida y comprendas el valor de tu mortal pedazo de finitud en la historia del ser. En este suspiro de experiencia cada acción y omisión es tan importante como si la fueras a vivir para siempre, pero no es que realmente la vayas a vivir eternamente sino que sólo en dichos términos puedes darle el auténtico valor a tus decisiones. Es todo lo que tienes. Al final de tu existencia cada instante que ya viviste no lo vas a volver a vivir jamás, sólo se repetirá eternamente y no habrá otra instancia trascendental donde puedas subsanar lo que en retrospectiva te haya parecido mal. Tendrás que soportar el eterno eco de tu valor en la cotidianidad.

 

63.5    Toso tres veces para no ahogarme, aspiro hondo desesperado y, al girar con mucha dificultad la cabeza al ras de la arena, percibo el destello de una tintineante luz en la oscuridad y, ultra-sensiblemente, escucho los diminutos sonidos de muchos animales alejándose invisiblemente por el motor de un vehículo aproximándose.

 

Continúa 64

Por: Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".






EL INDIO FILÓSOFO - Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".