Luego de dos temporadas en las que no clasificaron jugando con puros mexicanos, los Diablos Rojos decidieron reforzarse con siete extranjeros. Y es que era evidente que había varios renglones en los que les hacían falta refuerzos a los pupilos de Víctor Bojórquez, el primero de ellos era la receptoría y se trajeron al veterano receptor puertorriqueño Carlos Corporán, que le ha dado solidez al puesto; les hacía falta un bateador de poder y llamaron al cubano Henry Urrutia, acompañado de otro versátil compatriota, Alexei Ramírez, que han cumplido con creces.
La legión extranjera la complementan el puertorriqueño David Vidal y el dominicano Arismedy Alcántará, que sustituyó al pitcher dominicano Atahualpa Severino. Esto se antoja un tanto extraño, pues el pitcheo es uno de los puntos débiles.
Los veteranos Iván Terrazas, Luis Alfonso Cruz y Emmanuel Ávila han tenido una buena temporada apoyados por los noveles Carlos Figueroa y Jesús Fabela. La llegada de Luis Alfonso Mendoza del Japón les ha dado un poco de profundidad a los abridores, pues el novel Luis Niebla se antoja aún verde para estas labores.
En donde hay muchas dudas es en el equipo de relevistas: ni Miguel Mejía ni Jean Machí son una garantía de cerrar los juegos. El neoyorquino que arrancó como el cerrador dejó escapar cinco ocasiones de salvamento y aunque el venezolano tiene ya cinco rescates, también ha dejado escapar la ventaja en varias ocasiones.
Con todo, los Diablos Rojos están en los primeros lugares con solamente dos series perdidas –ambas de visitantes ante Sultanes y Olmecas- y han aprovechado la localía para pelear un puesto en la postemporada.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
