Dentro de la retrospectiva de Juan Francisco Urrusti programada en la Cineteca, nos llamó la atención su último trabajo: Lucinda Urrusti, pintora.
He de confesar que no había oído hablar de Lucinda Urrusti y que mis conocimientos pictóricos son bastante limitados, pero quedé deslumbrado por su belleza, personalidad y talento, al término del documental.
Hija de un militar español, nacida en Marruecos, Lucinda y su familia emigraron a México durante la Guerra Civil y se establecieron en la capital. Su madre comenzó a trabajar como costurera y ella entró a estudiar al colegio Vives, donde le descubrieron aptitudes para el dibujo.
Lucinda Urrusti hizo un retrato para una sobrina de Salvador Zubirán y, al cobrar por primera vez (dinero que, por cierto, usó para comprarle un libro de medicina a su hermano), dijo que eso era a lo que quería dedicarse.
Entre los numerosos retratos que hizo, resalta uno de Carlos Fuentes; “me dibujaste como un dios”, comentó este. “¿Y no lo eres?”, le respondió Gabriel García Márquez, quien lo acompañaba. También pintó, entre otras personalidades, a Octavio Paz y Juan Rulfo.
Urrusti estudió en la academia La Esmeralda y al poco tiempo, para su sorpresa, terminó dando clases. Dejó de trabajar tras su matrimonio con el director Archibaldo Burns (Juego de mentiras), con quien procreó dos hijos, pero el pintor Ricardo Martínez le prestó su estudio y la alentó a seguir su carrera.
Poco afecta al color, la artista prefiere las monocromías. No es amante de los animales, pero les dedicó toda una serie de obras.
Lucinda Urrusti, pintora, es un homenaje en vida a una gran artista, merecedora de una mayor difusión.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
