La publicación del extenso libro ¡Gracias! del presidente saliente Andrés Manuel López Obrador, describe una trayectoria política de lucha social desde la convicción de izquierda que ha caracterizado su vida política.
Para bien o para mal y entre la crítica aguda y la mordaz, la figura de Andrés Manuel López Obrador creó desde sus inicios de lucha social en su escisión con las huestes del PRI, la punta del iceberg que culminó con la caída del otrora partido hegemónico y cambió el sistema político en México instaurando una era histórica de transformación política y social.
La mayor parte de la sociedad mexicana apoya en estos momentos el proyecto de López Obrador, inclusive, existe un prolegómeno de división entre lo que es su proyecto político, su carisma y capital político que va más allá del advenimiento de la izquierda. Estas condiciones han perfilado un posible vacío de poder en Morena, que, a decir de Marco Rico, líder del partido guinda en Hidalgo, refiriéndose al presidente saliente, señaló: “lo vamos a extrañar”; en un dejo no sólo de admiración y adhesión política, sino con la contundencia de lo que implica para el proyecto de Morena la ausencia del político tabasqueño.
En este trazo, Marco Rico concita también en su historia política, militancia y lucha social en Hidalgo, donde hoy tiene la responsabilidad de conducir al partido guinda y fincar la solidez que requiere a nivel de conducción social el poder orgánico y de intelectual orgánico (como señala Gramsci) de este partido.
Una de las cosas que destaca de Marco Rico es su sencillez y compromiso político con la izquierda de Morena, donde su lucha en la conducción del partido guinda no ha estado exenta de vaivenes e impugnaciones sobre las arenas políticas que coexisten en el partido, como lo implica la fuerza de exmiembros del PRD y del Grupo Universidad, que han ocasionado que la dirigencia de Rico Mercado haya tenido que moverse en los entretelones de las fuerzas vivas, los intereses de grupo e inclusive personales de los lobbies de presión.
Empero, no es admisible que Marco Rico no pondere el impacto que en estos momentos presenta la infiltración política de personeros y grupos de poder que obstruyen la consolidación de la 4T y su 2º Piso de la transformación político-social, a no ser que sea a título del ejemplo histórico de Ricardo Monreal que pasó a las filas del PRD con el aval de López Obrador, como estrategia de control de poder en un momento en que no se tenía el poder; cuestión que en torno al empoderamiento que hoy tiene Morena Hidalgo no es posible.
En los hechos, el papel de reestructuración del partido Morena Hidalgo ha sufrido los encontronazos de una política local que no termina de sacudirse los resabios de poder del antiguo régimen, donde las filias de adhesión al PRI, el Grupo Universidad y la volatilidad de los partidos satélites provocan movimientos telúricos sobre el partido guinda y la conducción de Marco Rico.
Algo queda claro en la recomposición del sistema de partidos en Hidalgo y la presencia hegemónica del partido guinda: el sistema político ya no puede ser manejado por el modus operandi de la prebenda y el castigo político.
En este trazo, el papel orgánico del partido que conduce Marco Rico juega un epicentro capital en la consolidación de las Rutas de la Transformación del gobierno de Julio Menchaca, y se perfila en la armonización de la presencia y coordinación del Congreso local y el Poder Judicial, dentro de la aplicación del Plan Claudia que finca la segunda etapa de la transformación política en México.
Marco Rico tiene de manera primordial la consolidación de la reestructuración de Morena Hidalgo, partido hegemónico que influye en la conformación del sistema político y la partidocracia local. Esta tarea debe tener un rumbo ascendente debido al trazo de las Rutas de la Transformación de Julio Menchaca en la operación política del Plan Hidalgo, que implica dignificar al pueblo y consolidar el 2º Piso de la transformación que ya inició con nuevos vínculos en Hidalgo entre Claudia Sheinbaum y Julio Menchaca.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.