MC Hidalgo, al descubierto

“La cúpula de MC Hidalgo ha sido desenmascarada por las inercias políticas y sociales de la campaña de Adriana Flores. Sus ventarrones tienen en la zozobra al resto de candidatas y candidatos al Senado de la República en Hidalgo”.

La vertiginosa campaña al Senado de la República de Adriana Flores por Movimiento Ciudadano tiene en vilo a la dirigencia del partido naranja que, frente al impacto y simpatía que la candidata ha generado en la ciudadanía, se encuentra en un naufragio político y desenmascarada, al ser un partido que por décadas estuvo aletargado e inmóvil frente a los cambios y transformación política en Hidalgo.

 

Frente a este creciente inmovilismo político de MC Hidalgo, Dante Delgado acreditó la candidatura de Adriana Flores. El cálculo político era claro y elemental: el partido se había anquilosado y no presentaba la misma dinámica social que en el resto del país, había perdido el peso de la militancia y las células ciudadanas que se habían adherido frente a la esperanza de la conformación de un partido socialdemócrata, cuya propuesta alterna a la vieja política generó el apego de la población joven de la nación.

 

Se percibe que Adriana Flores no entró en confrontación con la cúpula del partido y propició una disrupción política de tal magnitud que aspirantes como Carolina Viggiano, Simey Olvera y Cuauhtémoc Ochoa se tambalean y van a la zaga en los pasos y convocatorias territoriales en la campaña al Senado.

 

La campaña Flores para Hidalgo” mantiene ventaja competitiva debido a que la propuesta política de la candidata de MC Hidalgo promueve un escenario de inclusión social, bajo un esquema de nueva democracia que se centra en la redistribución de la riqueza y de las oportunidades sociales que históricamente la vieja política obstruyó, creando pobreza y desigualdad social.

 

La cúpula de MC Hidalgo no ha podido controlar ni maniatar la campaña de “Flores para Hidalgo”, que le ha propinado una irrefutable derrota al juego de intereses que ha predominado y puesto en la mira del Comité Ejecutivo Nacional de Movimiento Ciudadano a los resabios políticos que persisten en el partido naranja.

 

Mientras la cúpula del poder de MC Hidalgo se aferra al control corrupto de las bases militantes, la campaña política de Adriana Flores ha causado un cisma incontenible, porque la adhesión ciudadana y respuesta social han rebasado el control tras bambalinas que ha pretendido operar la cúpula de este partido.

 

Estas condiciones han precipitado profundos cuestionamientos de la base militante en los partidos de la vieja política, e inclusive dentro del desorden de la estructura del Comité Ejecutivo Estatal de Morena Hidalgo que, por cierto, ya experimenta una crisis que amenaza la estabilidad política guinda en el proceso electoral.

 

La cúpula de MC Hidalgo ha sido desenmascarada por las inercias políticas y sociales de la campaña de Adriana Flores. Sus ventarrones tienen en la zozobra al resto de candidatas y candidatos al Senado de la República en Hidalgo, lo cual indica que, cuando un pueblo despierta y se politiza, ninguna forma ni fórmula de control político que se intente ejercer puede rebasar a la fuerza de la realidad social.

 

La radiografía política de la debacle que ha causado la candidatura de Adriana Flores se muestra en un espectacular donde se le ve sacando de cuadro a la vieja política que se fusiona en la imagen de Carolina Viggiano y Cuauhtémoc Ochoa, y anuncia la profundización de la nueva democracia en una transición inédita de MC en Hidalgo.

 

La presencia política de Adriana Flores es producto de la reconstrucción democrática que encuentra en Movimiento Ciudadano a un partido que se une a la transformación de la política nacional con un matiz de la socialdemocracia como oferta social fresca y con capital político propio.


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