La data dura comienza no sólo a perfilar el peso de las macro obras en la vinculación de Hidalgo con el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum y los programas del Bienestar en las Rutas de la Transformación en el capital político del gobernador Julio Menchaca.
La suma inclina el péndulo de la aprobación de la gubernatura de Hidalgo en la gestión de Menchaca Salazar, que aparece en el ranking de los cinco mejores gobernadores del país de acuerdo a Consulta Mitofsky, lo cual predispone el análisis sobre los vínculos políticos y cierre de filas entre Julio Menchaca y Claudia Sheinbaum.
El viraje de 180º en Hidalgo
En su ascenso al poder, las críticas que no se hicieron esperar por el pasado priista del actual gobernador Julio Menchaca se cernían sobre las suspicacias del mimetismo político. Sin embargo, los primeros seis meses de su gestión y el combate a la Estafa Siniestra enviaron un mensaje contundente de que Julio Menchaca había defeccionado por conciencia política del PRI a Morena, creando una sólida imagen de representatividad política y pública en Hidalgo. El viraje de 180º en Hidalgo iniciaba un proceso de depuración política en uno de los estados más rezagados y asimétricos en la historia de la nación.
El golpe de timón
La vinculación estrecha del gobernador Julio Menchaca con la presidenta Claudia Sheinbaum, creó un impasse para la clase política del antiguo régimen que, en el alejamiento del PRI con la ciudadanía de Hidalgo, marcó no sólo el final del bastión tricolor mucho antes del fatídico 2 de junio donde ascendía al poder Sheinbaum Pardo, precedida del apoyo incondicional de Julio Menchaca y de un nada despreciable millón de votos que Hidalgo aportó a la candidatura presidencial. El golpe de timón se selló entre el Plan Claudia y el Plan Hidalgo.
Las Rutas de la Transformación
Nada fue más claro que ver al gobernador Menchaca Salazar impulsando en mangas de camisa a la 4T. La proximidad ciudadana en las Rutas de la Transformación afianzaba su proyecto de cambio político, dignidad humana para el pueblo y su entrega a un proyecto de transformación en el que puso cuerpo y alma, al grado que llegó a desvanecerse por el trabajo abrumador frente a la complacencia de algunos extraviados de su staff de gobierno que no le pueden seguir el paso y que viven el la simulación y la pantomima esperando a buen recaudo engordar en los puestos públicos.
Partido débil y gobierno fuerte
Mientras Marco Rico se debate en las arenas políticas de Morena sin llegar a concretar el liderazgo político que requiere la operación del Plan Hidalgo, el gobernador Julio Menchaca marcó un vertiginoso empoderamiento de fuerzas, trazando el epicentro de la operación de la 4T en un pacto político con la presidenta Claudia Sheinbaum y la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez. Partido débil y gobierno fuerte parecen ser vectores encontrados que ameritan la revisión del proyecto político en el protagonismo y construcción del bastión morenista en Hidalgo.
Las gotas políticas del nepotismo
El gobernador Julio Menchaca, el titular de la Unidad de Planeación y Prospectiva, Miguel Tello, y el contralor Álvaro Bardales han articulado un proceso de planeación y control gubernamental que se erige como el basamento de la 4T en Hidalgo, creando la dirección y ordenamiento público necesarios para asegurar que lo que se dicen en verso no se pierda en prosa. Las gotas políticas del nepotismo se han cernido con rapacidad y extravío político pero el acicate viene desde la vitalidad del Poder Ejecutivo, la dirección de la Unidad de Planeación y Prospectiva y del mazazo de la Contraloría.
Julio Menchaca no se duerme en sus laureles. Por encima del ranking de Mitofsky, se ha encumbrado un gobernador que da la cara a su pueblo y que está más allá del protagonismo político.
