Morena frente al obstruccionismo político

En Hidalgo, la Marea Rosa tiene una fuerza precaria y, al no contar con las caras abiertas de personeros del PRI y el PAN, en franca estrategia por hacer pasar a esta fuerza de la sociedad civil como ajena a partidos políticos, tuvo una vacía y efímera respuesta y aceptación ciudadana en Pachuca y el interior del estado.

A punto del ingreso de la nueva legislatura en Hidalgo, la negatividad política de la derecha empieza a denostar las reformas sustantivas que requiere la transformación política de la nación y ya encuentra ecos sociales ante la descalificación del gobierno naciente de Claudia Sheinbaum.

 

En este torbellino donde fuerzas del antiguo régimen se debaten sin imaginación en los clivajes políticos (carencia de interlocución política), se insertan las críticas constantes que la lideresa de la cúpula priista Carolina Viggiano y Alejandro Moreno han emprendido contra Morena en el plano de las reformas estructurales, la mayoría calificada en el Congreso federal, la reforma al Poder Judicial y sobre los alcances de la 4T. 

 

Se ha iniciado el complot político que viene desde la élite económica en adhesión a las tempranas maniobras desde Estados Unidos y Canadá.

 

A contracorriente, las primeras posturas de encontronazo del PT/GU no se han hecho esperar en el Congreso local y ya descalifican la mayoría política de Morena. Mientras en el limbo, Pablo Gómez (MC) se atrevió a clamar por el “respeto político de la diversidad”, pero desde el cielo (TEPJF) le cayó el diluvio universal.

 

En este sentido, el clivaje de la derecha y fuerzas de oposición han empezado a concitar una nueva alianza entre los partidos del antiguo régimen y la sociedad civil que le es adherente. Las manifestaciones de la Marea Rosa -fuerza ciudadana no articulada plenamente todavía, pero gestada desde el financiamiento de Claudio X. González, empresario opositor a López Obrador y al naciente gobierno de Claudia Sheinbaum- aunado a la Organización “Mexicanos Contra la Corrupción”, que ha recibido financiamiento internacional (Estados Unidos), para desestabilizar al régimen de Morena, están creando una alianza tácita entre PRI/PAN y la sociedad civil.

 

En Hidalgo, la Marea Rosa ya tuvo una presencia tomando la plaza del Reloj Monumental, en defensa de la “democracia”, mientras PT/GU ya sostiene diálogos mayores con la oposición. Sin embargo, la Marea Rosa tiene una fuerza precaria y, al no contar con las caras abiertas de personeros del PRI y el PAN, en franca estrategia por hacer pasar a esta fuerza de la sociedad civil como ajena a partidos políticos, tuvo una vacía y efímera respuesta y aceptación ciudadana en Pachuca y el interior del estado, que presenció la movilización como fuera de lugar y frágil.

 

Es evidente que pese a que el clivaje de la derecha en su negativismo obstruccionista de oposición al gobierno de Julio Menchaca pretende enrarecer el clima de trabajo de las Rutas de la Transformación, esto no ha podido incidir en el ánimo social en contra de lo logrado en los dos primeros años por el gobierno guinda en Hidalgo. Sin embargo, esta nueva estrategia política empieza a crear un enjambre de bulla y mensajes que alientan el desconcierto ciudadano.

 

Es pertinente advertir como debilidad política que no existe entre la ciudadanía, a nivel nacional en adherencia a Morena, una fortaleza ideológica, de conocimiento y cultura política relevante. Sus vínculos están ceñidos por los logros programáticos de la 4T, cuestión que puede incidir en la desestabilización política a través de la nueva estrategia de negativismo obstruccionista de la oposición en el momento de algún tropiezo de Morena.

 

Históricamente hemos advertido que el uso mediático propagandista suele surtir efectos en el imaginario colectivo, ya sea para afianzar una fórmula política o para derribarla. Recordemos que en la pasada elección dentro del uso de la neuropolítica (herramientas de emocionalidad política), la oposición inició su campaña bajo el slogan “México tiene miedo” que se acompañó con una especie de misa negra con veladoras encendidas a la medianoche en el uso de túnicas y camisas blancas al estilo del Ku Klux Klan. Todos conocemos el resultado, la campaña de terror no impactó porque era un concepto saturado que fue contrarrestado por Morena con los avances programáticos de bienestar social.

 

No obstante, frente a la descomposición que ha sufrido la oposición en torno a la alianza fallida con el extinto PRD, al que ahora le cargan las pulgas de su derrota tanto Alejandro Moreno como Marko Cortés, la puesta escénica del clivaje de partidos más la sociedad civil en la fuerza de la Marea Rosa se encuentran creando la alianza sin principios ni ideología ni rumbo ni conducción política clara como estrategia de negativismo político desestabilizador.


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