Morena Hidalgo ¿borrón y cuenta nueva?

Marco Rico no condensa, desde la cúpula de Morena Hidalgo, un lobby de alto nivel que haya permitido la depuración de las arenas políticas; su trabajo se ha diluido y en ello, el pecado capital, es el costo de operatividad política del gobierno de Julio Menchaca.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.

Con una nitidez que pasma, Morena Hidalgo ha sido el contrapeso político del gobierno de Julio Menchaca. Ello, debido a que la dirigencia que encabeza Marco Rico jamás pudo poner orden en el escenario de anarquía política que vivió antes y durante los comicios del 2 de junio.

 

En esta atmósfera compleja, más allá del triunfo en las urnas que ha teñido el mapa político de guinda, predispone un escenario imprudente para las realizaciones políticas del gobierno de Julio Menchaca, que meses antes había tomado cartas en el asunto exigiendo la reestructuración de Morena Hidalgo a Marco Rico para que el control de cúpula generara disciplina militante, certidumbre política y terminara con los grupos de poder que, como gusanos en festín orgiástico, devoraban las acciones concertadas por Rico.

 

En este trazo, las palabras del escritor Héctor Aguilar Camín sobre la izquierda mexicana, vienen como anillo al dedo a Morena Hidalgo: Difícilmente habrá una corriente de pensamiento de raíces tan nobles, árboles tan torcidos y frutos tan amargos”.

 

Los desencuentros en Morena Hidalgo que generaron arenas políticas que terminaron en grandes zafarranchos políticos y rupturas como la ocurrida con el PT -que terminó en el colapso de la alianza política y marcó un desencuentro con el Grupo Universidad-, se sumó a la selección de candidatos que, pese a ser encumbrados por la inercia del capital político de López Obrador, no tienen, en su mayoría, el peso sustantivo de conducción política para asegurar un Senado de vanguardia, un Congreso federal en inteligencia legislativa, un Congreso local de operación política a la gubernatura y ayuntamientos de eficiencia en reingeniería política.

 

Los oscuros episodios, que acompañaron el proceso electoral del 2 de junio en Morena Hidalgo, protagonizan un drama no develado: el quiebre del poder orgánico del partido.

 

El clímax y la efervescencia que vive el ascenso de Claudia Sheinbaum como primera presidenta de México durará 100 días, en los cuales, es necesario que el gobierno de Julio Menchaca realice los trabajos pertinentes de la Operación Hidalgo, que impele la depuración de las estructuras políticas de infiltraciones y lealtades dudosas que obstruyeron las Rutas de la Transformación de los primeros seis meses de su puesta en marcha. En esta lógica, la primera tarea pendiente es la reestructuración de Morena Hidalgo; no es posible avanzar en la consolidación del proyecto de Claudia Sheinbaum en el Plan C mientras los cimientos políticos partidistas se han reblandecido en Hidalgo.

 

El balance en rendimientos políticos decrecientes de Morena Hidalgo arroja resultados inciertos en un momento que la izquierda de Sheinbaum denomina “el segundo piso de la transformación”, aludiendo a la consolidación del proyecto de izquierda y, mucho más significativo, de una estructura política hegemónica,

 

Marco Rico no condensa, desde la cúpula de Morena Hidalgo, un lobby de alto nivel que haya permitido la depuración de las arenas políticas; su trabajo se ha diluido y en ello, el pecado capital, es el costo de operatividad política del gobierno de Julio Menchaca.

 

Inicia la reestructuración de la 4T a nivel nacional. Atrás quedan las vacilaciones, los desencuentros pre y poselectorales y, en Hidalgo, la tarea del gobierno de Julio Menchaca en el partido guinda es ¿borrón y cuenta nueva?

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Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.