Morena Hidalgo y la mayoría calificada del Congreso

El Congreso local vivirá una era de avasallamiento de las fuerzas guindas sobre el resto de bancadas en minoría, por lo que la construcción de acuerdos dependerá de las líneas de acción que guíe la bancada morenista y el juego de pesos y contrapesos irá, invariablemente, en favor de la estructura guinda.

La aplastante victoria de Morena en la elección del 2 de junio, que desde Hidalgo le aportó más de un millón de votos a Claudia Sheinbaum, dejó un capital político para operar en los poderes públicos desde la dimensión de mayoría calificada en el Congreso federal, donde la deliberación política será encauzada por el Plan C de la nueva presidenta de México.

Sin embargo, qué implicaciones políticas tiene la mayoría calificada en el Congreso federal y en las réplicas locales como Hidalgo, donde la mayoría” -latinismo que significa quorum– tiene que ver con el grado de correlación de fuerzas políticas, en donde ser mayoría calificada implica independencia y operatividad en la mayor parte de las resoluciones en la Cámara. Este escenario, para el gobernador Julio Menchaca y la nueva mayoría en el Congreso local, permitirá operar no sólo las condiciones de las Rutas de la Transformación, sino también los vectores de política interna desde la estructura de gobierno y la armonización política con la gestión de Sheinbaum.

Esta atmósfera de reestructuración política se construye en la interacción de Morena en los poderes públicos. En este sentido, la clave de la mayoría calificada en el Congreso de Hidalgo marca la versatilidad de vectores políticos, cuya magnitud y sentido de operación amplían la ruta de la transformación del gobernador Julio Menchaca.

En este trazo político el Congreso local vivirá una era de avasallamiento de las fuerzas guindas sobre el resto de bancadas en minoría, por lo que la construcción de acuerdos dependerá de las líneas de acción que guíe la bancada morenista y el juego de pesos y contrapesos irá, invariablemente, en favor de la estructura guinda.

Atrás quedan en Hidalgo las lógicas del Congreso local acotadas a mayoría simple (mayoría relativa). En este escenario, una Cámara guía sus resoluciones en votaciones, donde sólo participan los legisladores que se encuentran en sesión. La bancada de Morena Hidalgo no está a merced del escrutinio de otras bancadas, por lo que las iniciativas de ley y los acuerdos políticos no requieren, necesariamente, consenso; salvo que, por civilidad política, la bancada de Morena quiera apoyar una postura minoritaria por considerarla de calidad sustantiva, ya sea para la legislatura o en beneficio de la ciudadanía.

La nueva composición del Congreso local en torno a la mayoría calificada o cualificada de Morena marca un margen de operación política sustantiva. En esta figura, las mociones pueden ser aprobadas con dos tercios de los votos de la Cámara, lo que para Morena Hidalgo, en estos momentos, implica un paseo por las nubes, al igual que en el Congreso federal.

Esta composición orgánica de la Cámara en mayoría calificada se une al control político del esquema del segundo piso de la 4T que, sin duda, atacará a la reforma del Poder Judicial para que entre en las lógicas de ser votado por la ciudadanía como ocurre con el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo. Se perfila una evolución hacia la figura de la participación ciudadana en democracia directa por voto o sufragio en todos los poderes públicos de la nación.

En estos dos escenarios de pesos y contrapesos del uso de mayorías y su correlación de fuerzas, Morena a nivel nacional y en los Congresos locales como Hidalgo logrará impulsar una reingeniería de procesos legislativos que culminará con el máximo empoderamiento en el esquema de transformaciones del aparato de Estado, que inició AMLO.

Estas lógicas de dimensión legislativa que permite la mayoría calificada modificarán los impactos y estrategias de la democracia representativa en México. El control de Morena del Congreso federal y los locales, en su mayoría, cimentarán una presión política inédita sobre las arenas partidistas a contraflujo de lo que había padecido Morena en los dos últimos años de la gestión de López Obrador, que tuvo contrapesos nítidos y obstruccionismo político de alianzas en bancadas de la oposición, los cuales no siempre obedecieron a planteamientos o deliberaciones que probaran la inviabilidad de las reformas sino al juego de intereses.

Hidalgo se apresta a apuntalar desde el Congreso local el 2º Piso de la 4T en la estructura del gobierno de Julio Menchaca.


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