En 60 días Omar Fayad termina su responsabilidad como gobernador del estado, con logros que lo ubican como un gobernador exitoso por logros en economía, inversiones, seguridad, salud, ciencia y tecnología reconocidos en el estado, en el país y en el extranjero, sin dejar de ver que también hubo fallas y con pendientes que debe enfrentar el próximo gobernador.
La administración de Fayad por sus aciertos es una administración exitosa que por lo mismo lo catapulta para seguir creciendo en la política.
¿EN EL PRI?
Por como se han dado las cosas y cómo está el PRI, se podría pensar que Fayad encuentre en su partido un camino de progresión para darle vitalidad a ese instituto político y para aprovechar a un hombre que sabe hacer de la política un camino de acuerdos, pero también de dignidad en las diferencias.
Eso se supone, pero no se ve que vaya a ser así.
Para que se dé esta posibilidad hace falta que dejen la dirigencia nacional Alejandro Moreno y Carolina Viggiano y, por sus actitudes, no será así y más bien por las diferencias que existen entre Fayad y dirigentes, pese a la estrategia de la “foto de Acatempan” entre el todavía gobernador de Hidalgo y el todavía presidente del PRI, lo más seguro es que Fayad no encuentre camino en el que es su partido.
Aunque Omar signifique nuevos tiempos para el partido tricolor.
En una palabra: se va a encontrar con la puerta no solo cerrada, sino con llave y con tranca.
EMBAJADA O GABINETE
Fayad tiene, según opinión generalizada, muchas posibilidades de incorporarse al servicio exterior mexicano, particularmente en Europa, aprovechando la experiencia que acumula en política internacional como gobernador del estado, con logros fuertes como una inversión histórica de más de 70 mil millones de pesos para el estado y acuerdos en ciencia y tecnología.
La verdad no se ve difícil que se dé esto.
La otra posibilidad es ser parte del gabinete federal en el renglón político o de seguridad.
En cualquiera de los dos caminos, la reacción de la dirigencia del PRI nacional se daría en muchos tonos siempre agrediendo y acusando y permitiéndoles sacar todo el odio y rencor que le tienen, por no prestarse a sus jueguitos de poder.
Solo faltan unos 60 días para saber por dónde caminan las cosas.
Pero una cosa es cierta, a Fayad no le irá mal.
