¿Opacidad o subdesarrollo político en Morena?

“La compleja atmósfera en la selección y postulación de las candidaturas expone problemas de forma y fondo que han rebasado a Marco Rico Mercado, líder morenista en Hidalgo, que se encuentra preso de los vaivenes y de la presión de las y los aspirantes, pero además tiene encima el desconcierto creciente de la base militante”.

La democracia es la base de la política en una sociedad, cuya operatividad otorga legitimidad y credibilidad a la ideología de un partido político como conductor social.

El nacimiento de Morena como movimiento político-ciudadano ha tenido un peso histórico de renovación democrática nacional, pues Andrés Manuel López Obrador tuvo la visión de ir más allá del sistema de partidos, que se encontraba en una grave crisis de representatividad, en un momento donde era evidente la cada vez más baja participación ciudadana en la esfera pública.

Sin embargo, Morena, en su constitución como partido político, no ha logrado homogeneidad en su estructura operativa porque nació como movimiento político y las lógicas de un movimiento político son polivalentes y de mayor flujo de presión social, mientras que los partidos suelen requerir una disciplina de estatuto, por lo que la toma de decisiones presenta otra ingeniería política.

Morena Hidalgo adolece -de facto, no de jure- de una estructura estatutaria operativa en su toma de decisiones; mantiene una opacidad dominante que también advierte que las funciones estatutarias carecen de operatividad plena.

La compleja atmósfera en la selección y postulación de las candidaturas expone problemas de forma y fondo que han rebasado a Marco Rico Mercado, líder morenista en Hidalgo, que se encuentra preso de los vaivenes y de la presión de las y los aspirantes, pero además tiene encima el desconcierto creciente de la base militante, que no ha cerrado filas para exigir de la estructura de mando la definición necesaria no sólo para este momento crucial de representación partidista, sino de su conducción política estatutaria.

Si atendemos a la carencia de operatividad estatutaria, Morena Hidalgo presenta un déficit de operatividad que atacaría las debilidades de su comité ejecutivo y directamente a la figura de Rico Mercado; si hablamos de opacidad, estaríamos ante las raíces antidemocráticas que explicarían el desastre del método de encuestas y la lejanía de las posibles candidaturas de unidad.

El escrutinio de la escena política en Morena Hidalgo indica dos cuestiones: la primera es que priman las condiciones antidemocráticas que convulsionan la toma de decisiones en la postulación de las candidaturas, pero mucho más importante, en la raíz de la operatividad estatutaria; y la segunda es la torpeza operativa de la estructura partidista, que también es opacidad, pues indica que los diálogos de conducción asumen posiciones autoritarias o de verticalidad del poder.

Morena Hidalgo no puede ni debe comportarse como los partidos de cúpula y élite del poder del antiguo régimen. Es necesario que fortalezca el marco de una alternancia política nacional que costó sangre y fuego, como lo implicó derribar el bastión priista de Hidalgo, y debe crear las condiciones de democratización del partido y constituir el brazo político del gobierno de Julio Menchaca Salazar.

Marco Rico Mercado ha dejado a la suerte una conducción política que requiere disciplina estatutaria y democratización partidista, por lo que las fuerzas vivas de Morena Hidalgo se encuentran extraviadas y en el subdesarrollo político.


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