Osorio Chong ¿si no es con el PRI, con quién?

Osorio Chong dejó al PRI en medio de una batalla contra Carolina Viggiano y Alejandro Moreno, y se ha mantenido en una inmovilidad que poco le favorece. Si quiere seguir en la política, se ven sólo dos posibilidades: o hace un pacto político o crea un grupo que tenga a la infiltración como estrategia de control.

Concluida la elección presidencial, queda para el análisis lo estrepitosa que resultó la defección del político hidalguense, Miguel Ángel Osorio Chong, que renunció al partido de sus amores, en medio de una batalla épica con su coterránea Carolina Viggiano y el líder del PRI, Alejandro -Alito- Moreno.

 

En un mega extravío de memoria y conocimiento de la escena política -quizá con ironía-, Sandra Cuevas, candidata al Senado por MC, en una especie de te devuelvo la “mentada de madre” a Alito Moreno, respecto a la petición de declinación de candidatura de Jorge Álvarez Máynez, se postuló porque la mejor opción para el PRI es Miguel Osorio”,; lamentablemente la propuesta llega muy tarde porque hace tiempo, y con lágrimas en los ojos, Miguel Osorio Chong dejó al partido que marcó su vida política.

 

El exgobernador Miguel Ángel Osorio Chong es uno de los deudos del control del PRI por Alito Moreno y Carolina Viggiano, que precipitaron la renuncia al partido tricolor de notables actores que eran representantes de la vieja guardia del antiguo régimen. Sin embargo, Osorio Chong no quería pasar al retiro, pero frente a la fuerza de Moreno y Viggiano no le quedó -al igual que a Claudia Ruiz Massieu-, más que aceptar el golpe de Estado político que implicó el control del partido.

 

El cisma estaba en pie. Alejandro Moreno y Carolina Viggiano lograron el control del partido y comenzaron a cortar cabezas, mientras otros miembros como Claudia Ruiz Massieu y, recientemente Alejandra del Moral -cuando el barco se hundía-, pusieron tierra de por medio frente al “fuego amigo”, que se desplegó en medio de las puertas de la campaña presidencial del 2 de junio.

 

No obstante, Miguel Osorio, a diferencia de lo ocurrido con Omar Fayad -quien también defeccionó al PRI y pasó a la infausta categoría de “traidor”, que formó el GPI y que es embajador en Noruega y mantiene presencia activa en la política local de Hidalgo-, se ha mantenido activo en declaraciones públicas frente a los desatinos de Alito Moreno y uno que otro comentario menor, pero no ha dado el salto cualitativo de jure (legal) para formar con su capital político una adhesión a algún partido o grupo político. Esta cuestión causa extrañeza porque en el retorno de políticos de la vieja guardia, como Francisco Olvera o el profe Guadarrama en Hidalgo, Osorio Chong se mantiene tras bambalinas.

 

En este escenario, la inmovilidad política de Osorio Chong provoca un impasse que no le favorece, porque llegaría tarde a una posible adhesión al gobierno de Morena de Sheinbaum, aunque una posible “amnistía política” podría favorecer su adhesión. Empero, los tiempos y movimientos en esto no favorecen a Osorio Chong hacia el partido guinda, porque su postura, de haber sido en relación y vínculo a los estandartes morenistas, debió darse en plena campaña electoral, porque después de la guerra todos somos héroes y la adhesión de Osorio Chong implicaría un despropósito político.

 

En otros vínculos, tampoco se percibe viable que Osorio Chong apareciera en el PAN (imposible hasta la náusea), ni en el Verde Ecologista (en su control y poder, pero intrascendente, muy redondo para aguacate y muy verde para huevo), ni en Movimiento Ciudadano (posible pero álgido), ni en el PT (irreconciliable y escabroso), ni en Nueva Alianza (sin pena ni gloria) y ni en PRD (agua y aceite); en fin, todo apunta a que si no es con Morena, el resto de las opciones partidistas asemejan a Ali Babá y los 40 ladrones.

 

La prescripción analítica es clara para Miguel Osorio y atiende a dos vectores: al manejo fáctico a título de Pactos Políticos, o bien, en la formación de un grupo político que generara la creación de cuadros proclives a la infiltración política como estrategia de control de los escenarios políticos, creando contrapesos y estructuras de poder de jure y de facto.

 

¿Alito Moreno habrá acabado la carrera política de Miguel Osorio Chong, o veremos al tigre de China” volver a la escena política?


ARCHIVADO EN:
, , , , , , , , , ,