El enfrentamiento entre Alejandro Moreno y el senador Miguel Ángel Osorio llegó ya a un nivel en que ya nada puede pararlo y que, por lo mismo, al final, tarde o temprano, dejará a uno solo como ganador y un derrotado, obviamente.
Y todo indica que Osorio será el vencedor y Alito el derrotado, por todo lo que ha provocado el campechano y compañía en el PRI, al que han llevado a un escenario de extinción por las derrotas que ha sufrido y una política de dirección fatal en que Osorio denuncia y acusa, se ignora a la militancia y se actúa con sentido de dueños del partido y en mucho para hacer valer intereses personales y del grupo de la dirigencia.
Y en esta denuncia todo indica se debe contemplar lo que pasó en la elección del 5 de junio en Hidalgo, donde el PRI y su secretaria general se llevaron una paliza y, por lo que se ve, Osorio no camina los caminos de Viggiano y como él muchos tricolores que sencillamente le dieron la espalda, porque vieron una imposición que desechó y lastimó al PRI de Hidalgo, aparte de los que con la esperanza de que ganara Viggiano lo que buscaban era una oportunidad para cobrarle a Fayad que los hubiera dejado sin lo que ya consideraban sus propiedades en la administración pública.
Curiosamente quienes le ponen piedras en el camino a Osorio son de Hidalgo, porque “para que la cuña apriete, tiene que ser del mismo palo”.
Parece que los días de Alito y compañía están contados y que la estrella de Osorio resurge.
Puede ser que las cosas no se den de inmediato, pero todo indica que en este enfrentamiento solo habrá un ganador y no va a ser Alito.
