Luego de participar en la LXXII Muestra Internacional de Cine, se estrenó Pacifiction, el décimo octavo largometraje del catalán Albert Serra, ambientado en una isla de la Polinesia Francesa.
El guion del propio realizador narra la historia del alto comisionado del lugar, De Roller (Benoit Magimel, el inolvidable intérprete de La pianista), que ha asentado una especie de reino particular en este paraíso tropical. Apoya a políticos locales, a inversores que le proponen jugosos negocios, a deportistas, o festeja a escritoras, en medio de rumores de que Francia planea efectuar nuevas pruebas nucleares, como las que realizó en el Atolón de Mururoa hace algunas décadas, ante el enojo de los habitantes de la región, que organizan protestas.
El director de Honor de caballería deconstruye y ralentiza una cinta al estilo de las de espías de los sesenta, con belicosos almirantes (Marc Susini), misteriosos inversionistas (Mike Landcape), o inquietantes nativas como Shannah (Paola Mahagafanau).
Serra trata el asunto como una pesadilla tropical, en la que la geopoliítica termina por apoderarse del escenario.
Como bien señala el crítico español Manuel Lombardo, ”nos acercamos al final del sueño del hombre y a un último trance pesadillesco; estamos ante el preámbulo siniestro de la destrucción del paraíso, como gesto de soberbia política –si esto les hacemos a nuestros amigos, imagine lo que haremos a nuestros enemigos”.
Con sus 163 minutos, Pacifiction se trata de una de las cintas más largas de la Muestra, pero también una de las más interesantes.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
