Frente a la detención y posterior resguardo domiciliario de Percy Espinosa Bustamante, líder del sindicato del Ayuntamiento de Pachuca, acusado de abuso sexual agravado, esconde los entretelones de un gremio de mano negra y opacidad, que más de una década ha constituido un grupo de choque y golpeo enfrentando a la administración pública y en un juego de contrapesos amafiados.
En la gestión del alcalde Jorge Reyes Hernández, los encontronazos con el gremio de mano negra y opacidad que lidera Percy Espinosa han sido el lastre de una defensa amafiada de los intereses de las y los trabajadores agremiados que, frente a una cúpula de poder sindical, han sido utilizados para frenar los avances municipales en Pachuca.
La figura obsecuente y matonesca de Percy Espinosa ha utilizado el juego de negociaciones y prebendas para un grupo selecto de agremiados de cúpula del sindicato de mano negra y opacidad de trabajadores, que se sirven de sus labores públicas para amedrentar por décadas a las gestiones municipales, que se han visto impedidas de establecer una relación de armonización con los trabajadores agremiados.
En este trazo de inconsistencias, en el recuento reciente de las movilizaciones del este sindicato de mano negra y opacidad, recordamos la intrincada relación gremial con el líder de comerciantes, Óscar “El Perro” Pelcastre, que tomó materialmente el Ayuntamiento de Pachuca y amagó con escalar el conflicto sindical con agentes de golpeteo externo de la Unión Tepito de la Ciudad de México. Esta fue una de tantas fases de lobby de presión amafiada que tuvo que sortear el alcalde Reyes Hernández que, en reiteradas ocasiones, llamaba al diálogo al líder del sindicato de mano negra y opacidad, Percy Espinosa.
En esta atmósfera convulsa fue detenido y remitido a la penitenciaría (Cereso) de Pachuca, pero una jueza dejó sin efecto la reclusión y ordenó resguardo domiciliario de Percy Espinosa, que, utilizando su poder de convocatoria, ha desplegado protestas “de un grupo reducido” de sus agremiados fuera de este centro de reclusión, tratando de ejercer presión pública contra las autoridades de justicia. Sin embargo, estas movilizaciones no han tenido impacto y han sido rechazadas a nivel de la ciudadanía.
En un entretelón a modo, se ha podido constatar la manipulación en redes sociales del lobby de presión del sindicato de mano negra y opacidad que lidera Espinosa Bustamante. En este escenario, la adhesión de cuentas apócrifas o creadas ex profeso dan pauta para comprender que se trata de una manipulación pública que no presenta, a todas luces, legitimidad ni credibilidad alguna.
No obstante, el poder de coacción de Espinosa Bustamante a través de prebendas y negociaciones con los agremiados al sindicato de mano negra y opacidad, se pudo apreciar en las primeras movilizaciones que se efectuaron en Pachuca, creando un ambiente de incertidumbre social en predisposición a construir un escenario de beligerancia pública, como los que han antecedido a las actuaciones de este gremio en diferentes administraciones municipales.
Tanto los eventos de beligerancia sindical como las acusaciones de abuso sexual del líder sindical del Ayuntamiento de Pachuca guardan una constante en los excesos que, históricamente, se han cometido durante 18 años en que Percy Espinosa ha conducido al gremio de trabajadoras y trabajadores del municipio, condición que establece una correlación conductual que no puede pasar desapercibida a nivel público y social.
No existe nada tan loable como la defensa sindical de las y los trabajadores a nivel nacional. Sin embargo, cuando estamos en presencia de sindicatos de mano negra y opacidad, el escenario se vuelve la antesala para el dominio de intereses corruptos y clientelistas de sindicatos que no pueden seguir existiendo ni prevaleciendo en el país.
El sindicato de mano negra y opacidad que lidera Percy Espinosa deberá mutar hacia el saneamiento de su estructura gremial y constituir un organismo de legítima defensa de los intereses laborales de las y los trabajadores del Ayuntamiento de Pachuca.
