La visita a Hidalgo de la presidenta del CEN del PRI, Claudia Ruiz Massieu, exhibió carencias y miedos en la dirigencia de los integrantes de bulevar Colosio, quienes armaron un evento “a escondidas” para evitar las incómodas preguntas de la prensa.
Ruiz Massieu sólo respondió cuatro preguntas que debían ser anotadas antes de su llegada; como es costumbre, el PRI hidalguense no se atrevió a hacer más que “aventar la bolita”, culpando al staff de la senadora.
Entre el cuidado discurso resaltó el hecho de que, al terminar la etapa de evaluación de la derrota pasada, vendrá la reestructuración del PRI, es decir, la renovación de dirigencias estatales, porque dicho sea de paso la hidalguense no da una.
Claudia Ruiz resaltó que existe comunicación constante con los dos senadores hidalguenses: Nuvia Mayorga Delgado y Miguel Ángel Osorio Chong, y reconoció el trabajo del gobernador Omar Fayad. Además, estaba Jorge Márquez como integrante del comité nacional, lo que hacía lucir a Leoncio Pineda Godos y Erika Rodríguez “sin estatura”.
También los priistas organizaron la consulta a la militancia en un foro cerrado y con “la porra” de la dirigencia. Dicen que después de saltar a la fama como la dirigencia de porros ya no se dan el lujo de abrir eventos, pues sólo están esperando a cobrar aguinaldo para despedirse de la política.
