El presidente del PRI en Hidalgo, Marco Antonio Mendoza Bustamante, desmintió categóricamente las acusaciones de que los diputados federales de su partido hayan votado en contra del desafuero de Cuauhtémoc Blanco, exgobernador de Morelos, quien enfrenta acusaciones de violación por parte de su media hermana.
Mendoza expresó que el voto de los priistas en la Cámara de Diputados no fue para proteger a Blanco, sino para devolver el caso al Ministerio Público para que se realicen las investigaciones adecuadas y se recopilen las pruebas necesarias que respalden la solicitud de desafuero.
Señaló que, a nivel nacional, se había especulado que los priistas habrían condicionado su voto por el desafuero de Blanco como parte de un acuerdo para que el presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, evite su propio desafuero. Sin embargo, el dirigente estatal del PRI aclaró que no existe actualmente un proceso en contra de Moreno Cárdenas y que esa información es completamente falsa.
En su intervención, el dirigente de los priistas hidalguenses recalcó que durante la legislatura anterior -en la que él participó- se intentó desaforar a Cuauhtémoc Blanco, pero la falta de pruebas impidió que el proceso siguiera adelante.
Marco Mendoza explicó que, con el voto a favor de que el tema regrese al Ministerio Público, el PRI busca que se integren las pruebas correspondientes. Aseguró que los legisladores priistas no están dispuestos a ceder a presiones políticas ni a caer en “trampas” que pudieran comprometer la legalidad del proceso.
Además, explicó que la otra alternativa era que el asunto fuera turnado a la Comisión Instructora, que en este momento está bajo el control de Morena, lo que habría puesto en riesgo que el caso se archivara o se mantuviera en la congeladora.
Los programas de justicia y los procesos judiciales deben ser llevados con pruebas y hechos, no con presiones políticas. El PRI no está para hacerle favores a Cuauhtémoc Blanco ni a nadie más, aclaró Mendoza Bustamante.