Priistas de closet y nalgas prontas

Lo que hasta ahora no vemos son morenistas con chaleco rojo señalando: “en el PRI existen morenistas de closet”. Quizá la moraleja de la historia podría ser: “entre priistas de closet y nalgas prontas te veas”.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.

Nadie es profeta en su tierra, reza el adagio popular, mis únicos y queridos lectores. Este refrán de alcances infinitos hace referencia a que las personas suelen obtener logros fuera del hábitat del que emergieron.

 

El pronunciamiento del exgobernador Francisco Olvera -que por un pelo de gato, todavía se salva de ser calificado de “nalga pronta”- fue entrevistado después de emitir su voto en la pasada elección al Poder Judicial, donde señaló que ya no está conforme con la conducción política del PRI y presentó un guiño de devaneo político.

 

La locución de Marco Mendoza, líder del PRI Hidalgo, en Morena existen priistas de closet, frase inmortal por su agudeza y relevancia capital en la escena política en Hidalgo, ha dejado para el análisis un torrente y remanente de reflexiones que, paulatinamente, se van sumando a los suspiros y pesares de las fuerzas de la derecha que son, como dijo Neruda, “como el niño que llora cuando ve su globo perdido”.

 

La piedra filosofal

 

Descubramos la piedra filosofal detrás de esta frase inmortal “en Morena existen priistas de closet”.

 

El primer término que petrifica la piedra es “en Morena”, es decir, los priistas se maquillan y mimetizan en la fuerza de izquierda buscando un mejor horizonte que no les brinda el PRI -por razones obvias- mimetizándose, en su mayoría, para tener un espacio de trabajo en el gobierno de la izquierda, más allá del gobierno de Julio Menchaca; proteger, de ser posible, los sagrados alimentos, encubrir intereses personales y, en algunos casos, para infiltrar el poder de la izquierda.

 

En lo monolítico -del latín: mono/uno, litos/piedra- la palabra “existen” reconoce que el éxodo del PRI es inevitable e impostergable, lo que denota pesar y nostalgia, al tiempo que impotencia frente al inexorable éxodo de aquellos que algún día marchaban con singular alegría encumbrando pancartas de la CTM, CNC y la CNOP, al grito unísono de “se están cumpliendo los postulados de la Revolución”. ¡Qué tiempos aquellos, señor don Simón!

 

En la arenisca “priistas de closet” es poco menos que la alegoría de la sandía: “verde por fuera y rojo por dentro”, que, para usos de este análisis, de lo contrario falla “guinda por fuera y rojo por dentro". Aquí se presenta el pesar con esperanza: los hijos pródigos se fueron a Morena, pero siguen comiendo con la cuchara que les regaló su abuelita.

 

En la roca que se desmorona, los priistas de closet son los mejores camaleones de la política. Empero, basta con echar un vistazo a las fotografías del archivo Casasola o, bien, a la hemeroteca del periódico El Sol de Hidalgo para tener fotografías e imágenes claras -muchas electrónicas- de todos los camaleones que se encuentran en Gobierno de Hidalgo en Morena, incluidos aquellos que son soldados rasos que aparecen en las marchas que precedieron el ascenso a la gubernatura de Julio Menchaca.

 

En el pedrusco de los redimidos aparecen aquellos que señalan , soy un priista de closet, pero desde que estoy en Morena he comprendido mi rol político y los errores de mi pasado histórico en el PRI. Esta frase también debería ser inmortalizada para acompañar la de Marco Mendoza.

 

Para darle colofón a la piedra filosofal de la inmortal frase “en Morena existen priistas de closet”, hace falta decir que no sólo es una locución veraz, sino que también en Morena existen priistas de closet de primera y de segunda y, quizá de tercera:

 

Priistas de closet de primera: aquel que con chaleco guinda cobra con la cuchara grande.

 

Priistas de closet de segunda: aquel que con chaleco guinda cobra con tenedor.

 

Priistas de closet de tercera: aquellos que con chaleco guinda cobran con popote.

 

En la piedra filosofal, lo que hasta ahora no vemos son morenistas con chaleco rojo señalando que “en el PRI existen morenistas de closet”. Quizá la moraleja de la historia podría ser: entre priistas de closet y nalgas prontas te veas.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.