Esta tarde, la sesión de Cabildo en el municipio de Apan fue suspendida tras la irrupción de decenas de habitantes inconformes con la instalación de medidores de agua.
En medio de empujones, gritos y reclamos, la presidenta municipal, María Zorayda Robles Barrera, fue escoltada por su equipo de seguridad para salir del salón de plenos sin entablar diálogo con los inconformes, quienes al unísono pedían su destitución.
Algunas personas afirmaron haber sido agredidas por integrantes del equipo cercano a Robles Barrera mientras era retirada del lugar. Más tarde, ya sin la presencia de la alcaldesa, dos mujeres señalaron haber sido golpeadas por elementos de la Policía Municipal dentro de las oficinas del Ayuntamiento.
Los manifestantes denunciaron que la edil no cumplió su palabra y reiteraron su oposición a la colocación de medidores en viviendas. Argumentaron que el agua es un derecho del pueblo, además de que en la zona hay escasez del vital líquido y temen cobros excesivos.
Asimismo, solicitan que se instalen medidores en las grandes empresas de la zona —como Cervecería Modelo y Time Ceramics—, pero no en las viviendas, pues aseguran que hay escasez del vital líquido y temen cobros excesivos.
Más tarde, a través de redes sociales, la alcaldesa condenó los hechos ocurridos y señaló que el pueblo fue manipulado por actores políticos que buscan “generar incertidumbre, desinformación y violencia”.
Además, aclaró que la instalación de los medidores está dirigida únicamente a deudores o comercios de alto consumo, “pero de ninguna manera en domicilios y menos para aquellos que se encuentren en condición de pobreza o marginación”.
Finalmente, reiteró que “la solución de los conflictos siempre será el diálogo”, y aseguró que las puertas del ayuntamiento están abiertas siempre y cuando el acercamiento sea de manera respetuosa.