Santa semana

Recién iniciada la pandemia, todos nos pusimos reflexivos y comenzamos a analizar al virus como una lección de vida para ser mejores personas. Al menos eso era lo que se dejaba ver en redes sociales, cuando en el primer gran encierro pensábamos que habíamos aprendido algo de la vida

Pero la realidad, como nuestro presidente, tiene otros datos. Luego de los cambios de semáforo en Hidalgo y de la gestión de la crisis sanitaria en el contexto electoral, llegaron las vacaciones de Semana Santa. Con ello, llegó también la prueba máxima de que no hemos aprendido nada. 

Si ha visitado un centro comercial los últimos días, habrá descubierto que la única medida sanitaria vigente es el uso de cubrebocas. Las afluencias, el control de horarios, el permitir que sea una persona por familia la que acceda a los inmuebles, ya son cosa del pasado. 

La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha lanzado una advertencia a nivel nacional sobre las playas “aptas” para uso recreativo. Según los datos, el 98.11% de las playas mexicanas son aptas para ese uso, lo que significa que no morirás intoxicado por la presencia de enterococos, mas no por el virus SARS-Cov-2. 

Miles de mexicanos presumen ya sus fotografías en traje de baño y los amaneceres en nuestras bellas playas; al mismo tiempo, presumen la irresponsabilidad que nos tiene sumidos en una crisis que no empezó con la pandemia. 


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