Se lavan las manos

Poncio Pilato, autoridad romana en Judea, tiene un lugar en la historia por el papel que tuvo en la crucifixión de Jesús y en su actitud de no aceptar responsabilidades ni decidir en razón de lo justo y sí por conveniencia, resaltando el famoso LAVADO DE MANOS para significar que él no tenía ninguna culpa y sí los judíos cuando dice al tiempo que se lava las manos: “inocente soy de la sangre de este justo. Vosotros veréis” y entrega Jesús a sus verdugos.

Y signos hay de que en el PRI más de uno ya se lava las manos para no cargar con una posible derrota y mejor culpar a otros para no perder su capital político y sus ambiciones particulares.

De esto puede hablar lo que Alejandro Moreno, presidente nacional del PRI, dijo después de visitar las oficinas priistas de Pachuca y terminar con una reunión con la dirigencia del PRI HIDALGO y las cabezas de la estructura partidista, donde elogió al priismo de Hidalgo y sentenció que la fuerza y la fortaleza del partido está en su estructura, en su militancia, porque son los que trabajan.

Resumiendo, Moreno subrayó que las bases y la militancia son la fuerza del PRI y que es responsabilidad de estas defender al partido y a la nación.

Extraña declaración de reconocimiento a la militancia y de su responsabilidad para defender al partido, porque en la decisión más importante de este partido para elegir candidato para buscar la gubernatura ni en cuenta tomaron al priismo supuestamente ejemplar de Hidalgo y, por el contrario, hubo una actitud de desprecio y menosprecio a los tricolores hidalguenses, hasta el punto de que con maniobras raras y groseras impusieron candidata y para subrayarlo más la hicieron candidata del PAN y no del PRI.

Algo debe estar pasando, y eso lo saben en el PRI, porque seguramente tienen información que les permite saber cómo se dan las cosas, para provocar estas afirmaciones, y por lo que se ve la victoria se aleja de los tricolores y entonces nada mejor que poner a las bases y la militancia como los culpables de lo que pasa.

Es decir, lavarse las manos.

Por las dudas, Julio Valera, presidente del PRI Hidalgo, en una maniobra muy inteligente señaló que reconocía el trabajo de Marco Antonio Mendoza, gente de la candidata, como el responsable de fortalecer el trabajo de los partidos de la coalición.

En otras palabras, es el coordinador de la campaña el responsable de lo que pase en la coalición.

Por lo menos extrañas las palabras de Moreno, que ahora sí voltea a ver a la militancia del partido y le subraya su responsabilidad en la elección, porque a finales del año pasado cuando el CEN PRIISTA que Moreno encabeza impuso a su candidata, con el reclamo válido del gobernador Fayad, que acusó traición del CEN tricolor al acordar en lo oscurito darle la candidatura al PAN, siendo Hidalgo un bastión priista, en una maniobra que le pone pecado original a esa candidatura.

La respuesta de Moreno fue en el sentido de que Fayad era un entreguista y que pensaba entregar el estado a Morena.

Finalmente quiso Moreno arreglar todo con una fotografía junto a Fayad, que en su actitud dijo todo.

Pero ahora resulta que hay un respeto y admiración por la militancia tricolor y que son los mejores de México, cuando en el momento más importante ni en cuenta los tomó.

Lo que se ve es que por las dudas ya se lavan las manos y quieren que la militancia, a la que ni caso le hicieron, cargue con el peso de la elección.

Se nota en el discurso del presidente nacional del PRI que las diferencias con el gobernador Fayad, pese a la operación fotografía, no se arreglaron y que se mantienen con todo lo que dignifica que el gobernador no esté metido en el proceso y mantenga una actitud institucional que equivale, para el caso, en alejamiento.

En el PRI se escucha el grito de ¡Agua! ¡Agua! que se están lavando las manos.

Y Pilato sonríe.


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