Un gobierno se legitima a través de la cultura y del espectáculo, porque la opinión pública aprecia esas manifestaciones populares en las plazas y parques de una ciudad. Se sabe que el entorno cultural solo es apreciado cuando es acercado a la gente de forma accesible en términos económicos y de contenido.
Es una tradición reconocida en la ciudad de Pachuca el encendido del árbol de navidad, pero no solo eso, sino el espectáculo y los espacios de convivencia que nacen de esa costumbre en el municipio. Sin embargo este año, luego de un exterminio de árboles por supuestas causas naturales en las inmediaciones de la plaza Juárez (espacio destinado para colocar el árbol navideño), no hay nada de eso a lo que estábamos acostumbrados los pachuqueños.
El centro de la ciudad aparece desangelado y apenas adornado con algunas luces en las calles que dan a la plaza Juárez. Es curioso cómo estas decisiones sí dan cuenta de que algo no se está haciendo dentro de las instancias correspondientes. Son estas actividades y decisiones las que dan vida a una ciudad, las que logran que las personas generen identidad y recuerdos y que, por lo tanto, desarrollen un vínculo con los espacios que habitan.
Los gobiernos del mundo a todas escalas hacen inversiones importantes en estas fechas porque, como se ha dicho, son estas acciones las que permiten legitimar a los gobiernos y a las personas que los encarnan. Este año ha sido Mineral de la Reforma el municipio que se ha llevado los reflectores por su mediático encendido de luces en el centro de Pachuquilla. ¿Es esto también una decisión política? ¿Qué se intenta legitimar en ese municipio? ¿Qué cabezas están en la mira en Mineral de la Reforma?
Creo que muchos compartimos estas teorías y varios se atreverán a soltar algunas respuestas, mientras tanto, en esta columna estamos satisfechos con poder lanzar una que otra pregunta esta navidad.
