Los Tigres de Quintana Roo fueron los encargados de iniciar la temporada en el Alfredo Harp Helú; atrajeron a 51 mil 833 espectadores con boletos más caros “por ser la inauguración” y fueron limpiados por los pingos, decepcionando a sus todavía fieles seguidores.
Conviene recordar que el equipo de Bengala calificó el año pasado a los playoffs y eliminó a los Olmecas, antes de caer ante Puebla. Tal vez por ello se decidió que repitiera como manejador el texano Jesse García, quien había llegado a mitad de la campaña, pero resultó sintomático que ya no regresara este año el lanzador Pedro Rodríguez, líder de ponches, ni el líder robador Tito Polo.
Repiten el colombiano Reynaldo Rodríguez, con notables actuaciones en la Serie del Caribe y en el Campeonato Mundial; el veterano Olmo Rosario, y el cubano Lázaro Hernández. También repitió el cerrador de los últimos años, el curazaleño Wendell Floranus.
Todo parecía funcionar perfectamente en el juego de inauguración, cuando algo sucedió con dos debutantes: Alberto Guerrero tiró cinco innings en blanco y el norteamericano Darrell Combs impulsó dos carreras, para tomar una ventaja de 10 a 0. Fue ahí donde se vio que García nunca participó en la guerra civil, y manejando displicentemente su picheo dejó que se le acercara, para ser superados finalmente 12 a 10, con un jonrón de Yaphet Amador, con casa llena, en la novena entrada.
Ya totalmente desanimados, los felinos fueron apaleados 25 a 3 en el juego sabatino, en el que, para colmo de males, se fracturó el jardinero Manuel Orduño, perdiendo el zurdito Daniel Díaz. En el dominical perdieron ocho carreras a dos, cargando con el descalabro de Darel Torres.
Un triste inicio para el equipo que nació campeón.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
