Recientemente el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial revisaron sus proyecciones de crecimiento mundial para 2018, situándolas por encima del 3.1%; ahora en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, se ratifica al alza el crecimiento de la economía mundial, lo que ha vuelto eufóricos a mercados e inversionistas.
De este modo, el mundo de las finanzas parece darle la espalda al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sin importarle su rechazo al libre comercio y su reciente reforma fiscal con sus recortes de impuestos, o los estímulos a la repatriación de capitales estadounidenses en el extranjero.
Nadie imaginó que Trump pudiera ganar las elecciones, quizá por eso los medios y los propios funcionarios de más de un gobierno, como la excanciller de México, Claudia Ruiz Massieu, hablaron mal al referirse a él y sus propuestas hace menos de dos años. Pero el magnate ha llegado para revolucionar el mundo, para tirar por la tierra la geopolítica y la lógica del libre comercio, para oponerse a todo que lo que era lógico.
Trump tiene varios objetivos: sacar a su país de los acuerdos de libre comercio, reducir impuestos, llevar la embajada de su país a Jerusalén y desafiar al mundo, salir de los Acuerdos de París sobre el cambio climático, oponerse a los acuerdos sobre migración de la ONU, construir una nueva muralla china alrededor de su país… en resumen, para desafiar al planeta y sus equilibrios.
En Estados Unidos hoy los impuestos están cayendo como en ningún otro lugar, las regulaciones están desapareciendo, la energía no es una preocupación y sus precios se reducen; mientras todo parece indicar que el crecimiento de la economía va viento en popa como los nuevos empleos que necesita, todo bajo el lema: Los Estados Unidos son primero”.
Al presidente no parece interesarle la diplomacia, todo lo contrario, su vida parece estar alimentada con cada desafío. Este lunes impuso aranceles descomunales a las importaciones de lavadoras y paneles solares. México no ha protestado por ello, sentado en la mesa de la renegociación del TLCAN en Montreal, desde donde intenta evitar que Trump destruya el Tratado; pero sí lo hicieron los gobiernos de China y Corea del Sur, quienes reaccionaron enérgicamente al anuncio de la puesta en práctica de los aranceles extremadamente elevados para reducir la importación de dichos productos.
A partir de ahora, se aplicarán aranceles del 20% a los primeros, que representan 1.2 millones de lavadoras domésticas importadas de Asia y al 50% de las unidades que superen esta cuota. La tasa se reducirá a 18% y 16% en el segundo y tercer año, respectivamente; mientras que la tasa para las máquinas de lavado por encima de la reducción de la cuota del 45% y 40%. En el campo de los paneles solares, las tarifas serán del 30% durante tres años y del 15% en el cuarto año.
Uno puede preguntarse ahora: ¿cuáles serán las medidas reales que aplicará Trump contra México en el futuro inmediato? Seguramente tiene muchas sorpresas para nuestro país, más que las imaginadas hoy. Veamos qué dirá en su primera visita a Davos y observemos cuántos enemigos es capaz de hacer ahí, a falta de tacto para construir nuevas amistades.
Por: José Luis Ortiz Santillán
Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
