Verificar el auto en Hidalgo: filas eternas, desorden y frustración ciudadana

Usuarios relatan largas horas de espera, falta de orden, cobros confusos y la presencia de supuestos gestores en los centros de verificación vehicular en Hidalgo.

Ni caso tiene formalizar una cita. Se llega a formar en una enorme fila de automóviles: algunos con fecha agendada, otros que acuden a realizar el trámite de manera tradicional. Todos tienen prisa, todos llegaron primero y todos aseguran ser influyentes.

El calor del día se traslada a los ánimos de los usuarios. “Oye, ya tenía cita a las 10 de la mañana, son las 11 y todavía no me pasan”; “vengo a pagar rechazo y multa, ¿cómo que sólo tengo que pagar con tarjeta?”; “es la tercera ocasión que vengo y nomás no pasa mi carro; lo llevé al mecánico, trae motor nuevo, mofle nuevo, le he metido casi 20 mil pesos y cada que vengo me dicen una cosa diferente, es el colmo”, se escucha entre la multitud.

Durante la espera, es usual que ciertos individuos se acerquen como “gestores” o prometan “ayudarte a pasar la verificación”. Incluso entregan tarjetas de contacto y cobran cierta cantidad de dinero, aunque sin la certeza de obtener el holograma.

Tras horas formados, llega otra odisea: el pago. Hay una ventanilla de atención y dos de cobro para decenas de ciudadanos. En primera instancia exigen la impresión de la cita; los pagos en efectivo deben ser con cambio y la multa únicamente puede cubrirse con tarjeta de crédito o débito, además de solicitar copias que el propio centro recaba.

Entre el polvo y el incandescente sol, tres camionetas de la Policía Industrial Bancaria del Estado de Hidalgo (PIBEH) intentan incorporarse a la fila. Según argumentan, traen cita y hasta “palanca”, pero el intento resulta inútil y les indican que se formen atrás. Entre refunfuños, obedecen.

En la travesía de papeles, pagos y llamados para mover los vehículos, la desorganización es evidente. No se respeta un orden por turnos o números; todo depende de que alguien escuche su nombre. No importa si se llegó temprano o tarde: los gritos sustituyen cualquier sistema claro de atención.

Incluso se presentó el caso de una persona que costeó el holograma de otro vehículo por no escuchar correctamente su nombre. Su molestia fue evidente, pero la respuesta del personal del centro de verificación fue escueta: “es que debe estar atento”.

Sin embargo, el regaño no resuelve la tardanza y sólo incrementa la confusión.

Han pasado ya tres horas y el automóvil de Mario aún no es valorado. Es la tercera ocasión que intenta obtener su holograma; ya pagó dos multas, llevó el vehículo al mecánico y hasta estrenó mofles. Aún así, teme no lograr completar el trámite.

“Es un robo, una pérdida de tiempo y dinero. Lo peor es que preguntas cómo solucionar el problema para obtener la verificación y nada te resuelven. Por cuestiones médicas tengo que viajar constantemente a la Ciudad de México y es lamentable las trabas que nos ponen como ciudadanos que queremos cumplir”, expresó.

La desesperación lleva a algunos a cruzar los dedos y encomendarse a todos los santos para que el vehículo pase la prueba. Otros consideran pagar el “brinco” por más de mil pesos, aunque sin ninguna garantía de éxito.

La decepción llega después de horas: “no pasa porque echa humo y tiene 30 días para otro intento”.

Con el rostro marcado por el enojo, no queda más que encender el auto y salir del lugar. “Con esto, ya mejor me voy a verificar al Estado de México”.

Durante la actual administración estatal dejaron de operar más de 40 verificentros por presuntas irregularidades en las plataformas digitales utilizadas, lo que redujo significativamente el número de centros de atención en el territorio hidalguense.

Tras diversas convocatorias, los títulos de concesión administrativa para la operación de nueve Centros de Verificación Vehicular en el estado fueron otorgados a Servicios y Bienes de la Ciudad, S.A. de C.V., en Ixmiquilpan, Huejutla y Tizayuca; ARGAB & Asociados, S.C., en Mineral de la Reforma, Pachuca y Tula de Allende; así como a SPIN Real Time, S.A. de C.V., en Pachuca, Tepeji y Tulancingo.

Estas mismas empresas fueron las que permanecieron en operación durante mayo de 2022, cuando el entonces gobernador Omar Fayad Meneses revocó 42 permisos por presuntas fallas detectadas en los centros de verificación.


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