La formación de ciudadanía, mis únicos y queridos lectores, atraviesa por la calidad de la ética pública de sus servidores y el control de los protocolos en la materia por el aparato de Estado.
Durante esta gestión que distingue el combate a la corrupción y malversación pública en el gobierno de Julio Menchaca, las pesquisas de la Estafa Siniestra han dado marco a un ascenso tanto de la credibilidad como del capital político del gobernador en turno, creando un escenario que refuerza el trazo de la 4T en Hidalgo.
En estos entretelones he entrevistado al alcalde de Ixmiquilpan, Emanuel Hernández, quien denunció un presunto intento de soborno de la empresa Teletec de México, que participó en una licitación para encargarse de luminarias públicas, la cual no logró.
El alcalde Emanuel Hernández ha realizado un acto de probidad y ética pública que no tiene precedente inmediato en Hidalgo, lo cual lo expone como un servidor público comprometido que intenta crear ciudadanía desde la palestra pública. El hecho de que haya salido a los medios en esta denuncia, incorpora un refuerzo orgánico a la administración de Julio Menchaca, de la cual Hernández Pascual se dice cercano y agradecido por el apoyo del gobernador de Hidalgo.
Durante décadas, Ixmiquilpan ha protagonizado escándalos de corrupción y malversación pública en Hidalgo y movilizaciones con tintes dramáticos de beligerancia que hacen de sus escenarios indómitos, condiciones ingobernables que deben dar paso a un ámbito de civilidad política y de construcción de una ciudadanía proclive al control de las actividades públicas, pero en el marco de la paz social y respeto al Estado Democrático de Derecho.
En la nación nos encontramos en un momento de redefinición en la procuración e impartición de justicia, en el que la presidenta Claudia Sheinbaum ha dado un salto cualitativo y que ya ha puesto al crimen organizado en pesquisas vistas en los reflectores mediáticos que intentan imponer la justicia y el orden público, sin transigir un ápice desde el aparato de Estado en México.
La conducta de probidad de la primera dama también ha tenido repercusiones -pese a que la derecha lo niegue-, en la pacificación del país. En este trazo, Sheinbaum Pardo les ha pisado los talones a diferentes rubros de la corrupción e impunidad; el caso sonado de las acusaciones sobre el coordinador de los senadores de Morena, Adán Augusto López, es, sin duda, el ojo del huracán y la presidenta ya decretó que se investigue hasta sus últimas consecuencias por la Fiscalía de la República.
Vivimos un momento donde la ética pública debe, sin lugar a dudas, dar paso a la construcción de ciudadanía donde la horizontalidad ciudadana sea el marco de un nuevo entramado para la justicia social.
Es pertinente que se profundice la procuración e impartición de justicia, y en Hidalgo que el paso firme que lleva la administración del gobernador Julio Menchaca se una a los vínculos de probidad que ha marcado la gestión de la presidenta Sheinbaum Pardo que, sin duda, no dan margen a la metáfora del Tlatoani López Obrador de “abrazos y no balazos”.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
