El gobernador Julio Menchaca, a casi tres años de gestión, se encuentra posicionado en los primeros lugares de aprobación social en el país.
En una gestión gubernamental vertiginosa, con un escenario de combate a la corrupción y malversación pública, y con el desarrollo de programas sociales de gran calado, Julio Menchaca ha capitalizado políticamente una gestión diametralmente distinta a la que le precedió de Omar Fayad.
Las Rutas de la Transformación se han convertido en el piso firme de la actual gestión gubernamental y condensan uno de los mayores logros de los que se tenga memoria a nivel social en Hidalgo. En este trazo frontal de un gobierno de proximidad ciudadana, sus alcances a nivel de los arqueos nacionales de las y los gobernadores, se encuentran ejemplificando procesos de interoperabilidad institucional que han estrechado la retroalimentación de la tarea pública en torno a los logros de las políticas públicas y la gobernanza digital.
La gobernanza digital que fue trabajada desde el inicio de la administración de Julio Menchaca desde la Unidad de Planeación y Prospectiva, que encabeza Miguel Tello, implementó el uso de tecnologías disruptivas apegadas al Plan Estatal de Desarrollo y hacia los polos del bienestar, lo que ha dado paso a una simplificación administrativa que quedará para futuras administraciones.
En esta tesitura, dentro de las evaluaciones de la gestión de Menchaca Salazar, se encuentra la implementación de tecnologías disruptivas en el C5i, centro operativo policial y de investigación que, de acuerdo al Índice de Paz México, debe sortear el incremento del trasiego de huachicol, de los delitos cibernéticos, donde la extorsión se ha incrementado y el plagio en Hidalgo.
En esta atmósfera ya se han ido incorporando en el Gobierno de Hidalgo la implementación de plataformas digitales y de inteligencia artificial para la asistencia ciudadana y el trazo operativo de nuevos programas sociales. Sobresale en esta reconversión del uso disruptivo de las tecnologías, el hecho de que los vínculos políticos de Julio Menchaca con la presidenta Claudia Sheinbaum han propiciado que las macro obras en Hidalgo comiencen a impactar hacia condiciones de desarrollo social y laboral, creando un clima de estabilidad necesaria dentro de uno de los estados más pobres y asimétricos de la nación.
El problema central del huachicol sigue siendo el epicentro de la contención del crimen organizado y sus negocios paralelos, pese a que se han obtenido logros significativos pero aún no lo suficiente para que se genere el control delictivo que pueda desterrar las amenazas ciudadanas que aún subsisten.
Mención aparte merece el carrusel a la sucesión transexenal 2028, el cual ocupa reflectores mediáticos y en las redes sociales donde los rostros en la pasarela de las y los personeros de Morena se suceden en Hidalgo, mientras que los de la oposición se encuentran en la opacidad mediática. La sucesión transexenal ha creado un clima de suspicacias públicas a todo nivel y uno de los elementos que destaca son los grupos de poder que se han ido formando alrededor de Morena como el Grupo Plural Independiente de Omar Fayad y el Grupo Universidad, que han infiltrado estelas de gobierno y los cuales se mueven tras bambalinas.
La aprobación del gobernador Julio Menchaca tiene una lectura de forma y fondo en la consolidación del bastión morenista en Hidalgo; en ningún caso es cosa menor y permite entender las piezas de la sucesión transexenal 2028, de un ajedrez político que despliega, todavía, vientos confusos en medio de un huracán de pasiones en Morena del que sobresale la debilidad del partido guinda a título de su dirigencia política.
