Transporte público ¿es justo y necesario?

El diputado morenista, Juan Pablo Escalante, señaló que el aumento al transporte público responde al incremento en el costo de refacciones y gasolina, pero ¿qué no la presidenta Claudia Sheinbaum dijo en su Primer Informe que no ha subido la gasolina?

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.

En el ojo del huracán se encuentran diferentes declaraciones de personeros públicos que apoyan el incremento de las tarifas del transporte público, mis únicos y queridos lectores, y que, invariablemente, se ciernen como el preámbulo a asestar un golpe al bolsillo de la ciudadanía en Hidalgo.

 

Cuando entrevisté a la secretaria de Movilidad y Transporte, Lyzbeth Robles, una de las cuestiones que reconoció fue que el transporte público presenta deficiencias y que su servicio no es el que se quisiera. Esta declaración venía de múltiples cuestionamientos de la ciudadanía que sufre y se queja amargamente por las tropelías y anomalías que suceden en torno a esto.

 

La gama mayoritaria del servicio que se denomina “transporte público en Hidalgo” es de concesiones privadas del negocio del transporte y que encarecen constantemente los precios y su suministro es deficiente, al grado que, en un día cualquiera -me he subido en él- los pasajeros van hacinados y la limpieza del transporte deja mucho que desear.

 

En una comparativa directa, los precios del transporte público en grandes ciudades como la Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey suelen ser diametralmente menores a distancias mayores que en Hidalgo y su servicio es eficiente.

 

En esta paradoja, el diputado Juan Pablo Escalante, que preside la Comisión de Comunicaciones y Transporte en el Congreso local, puso el dedo en la llaga -pero sobre la ciudadanía- al declarar que el aumento de la cuota o pasaje responde al incremento en el costo de refacciones y gasolina; por cierto, ¿qué la presidenta Claudia Sheinbaum no señaló en su pasado Primer Informe que no ha subido la gasolina y no subirá en el país?, perdón si la memoria me falla, debe ser que me mareo cuando me subo a las combis del transporte privado con fachada pública.

 

Al estilo de pregón eclesiástico, el diputado Escalante considera justo y necesarioel alza de precios del transporte público, pero a todas luces se equivoca y no considera -así como le preocupa el costo de la gasolina y refacciones- que la familia de un trabajador o trabajadora de Hidalgo que debe usar más de una vez al día el transporte público para ir a sus actividades, así como enviar a sus hijos a la escuela, realizar compras y demás condiciones justas y necesarias, perciben asimétricamente a la dieta parlamentaria del diputado Escalante, menos dinero y que esto repercute en el consumo y estabilidad de las familias hidalguenses.

 

No se equivoque, diputado Escalante, las y los trabajadores de Hidalgo no perciben el caudal o monto de su dieta parlamentaria y la mayoría de los habitantes de Hidalgo se cuentan entre los más pobres del país. Lo invito no a revisar las cifras de la pobreza en Hidalgo, sino a que deje la comodidad de su curul y visite a pie de tierra las localidades y comunidades a las cuales usted debe su encargo público.

 

En este escenario político, es donde debería aparecer la oposición que encabeza Marco Mendoza del PRIAN para proteger una causa social justa, pero brilla por su ausencia, a nadie se le ilumina la inteligencia.

 

La verdad de todo esto es que los concesionarios del denominado transporte público” tienen, como señalan los contadores, un negocio en números negros, es decir, ganan dinero y no presentan un pasivo de ganancias, y por décadas se han hinchado los bolsillos; por ende, los lloriqueos del alza de la gasolina y refacciones -que no existe alza de gasolina- no mata la gallina de los huevos de oro.

 

Petronila debemos unirnos, porque es verdad, el pueblo unido jamás será vencido.

 

La ciudadanía no contempla aumentos mayores en el salario que percibe para aceptar un incremento en las tarifas del transporte público. Es el momento que se canalicen subsidios en planes y programas sociales, y se pondere lo que realmente perciben a precios de mercado las concesiones privadas del transporte que, bajo ninguna circunstancia, pierden dinero, ni por pago de gasolina ni por costo de refacciones como señala el diputado Juan Pablo Escalante; de lo contrario, los que se dedican al negocio del transporte privado con fachada pública, ya venderían garnachas en el mercado, y quizá alegarían que hay que subir su precio porque el aceite ha subido y las tortillas también.

 

Que no le aprieten el cuello al pueblo, Maclovia.

 

No nos equivoquemos, es  justo y necesario que la depuración del costo y servicio del transporte público no sangre a la ciudadanía que, en Hidalgo, no se precia por percibir salarios acordes a las zonas económicas de mayor desarrollo del país.

 

Deberá existir una racionalización del gasto público que permita impactar de manera positiva y favorable en el control de precios del transporte público en Hidalgo. Es tiempo de que el transporte privado con fachada pública asuma la responsabilidad que le confiere las concesiones que resultan más que jugosas en ganancias y que por décadas han vivido de un estipendio que sangra a la ciudadanía y que, en ningún caso, está acorde a la realidad social del salario de las y los trabajadores de Hidalgo.

 

Anacleta, ¿la gasolina ha subido? y ¿es justo y necesario subir el precio del transporte público?

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

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