El presidente Enrique Peña Nieto se encuentra en China para participar este martes en el “Diálogo de Mercados Emergentes y Países en Desarrollo”, el cual se realiza en el marco de la 9ª Cumbre de los BRICS en Xiamen, bloque que agrupa a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. México no forma parte de este bloque, pero ha sido invitado a participar en un momento trascendental para la economía: la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), cuando el país requiere asegurar nuevos mercados, frente a la posible disolución de la zona de libre comercio creada por Estados Unidos, Canadá y México en 1993.
Los BRICS forman un bloque que aporta el 23% del PIB mundial y representa el 44% de la población del planeta. A pesar de que la economía brasileña está saliendo apenas de la recesión, los países que integran el bloque han sido el motor de la economía mundial en la última década, basado en los principios de apertura comercial, inclusión, cooperación y ganar-ganar.
Hasta 2009, las exportaciones mexicanas hacia China apenas representaban el 0.96% del total, posteriormente oscilaron entre 1.4 y 1.5%. En 2016 México exportó a China 5,411.30 millones de dólares, 1.4% del total, insignificante si consideramos que a Estados Unidos vendió 302,575.70 millones de dólares, 80.92% de todas las exportaciones de ese año.
Sin embargo, China ha mostrado su disposición de incrementar el comercio, incluso a firmar un tratado de libre comercio con México. Durante la visita del presidente Enrique Peña Nieto, el presidente chino, Xi Jinping, señaló que China y México deben fomentar la sinergia de las estrategias de desarrollo con base en los logros de cooperación que han tenido desde que los dos países establecieron relaciones diplomáticas hace 45 años.
A pesar del nivel de los intercambios comerciales actuales entre los dos países, Xi elogió los intercambios estrechos entre los gobiernos, órganos legislativos y fuerzas armadas de ambos países y destacó los importantes proyectos de cooperación chino-mexicanos en áreas como petróleo y gas, telecomunicaciones y finanzas, según apunta el comunicado de prensa en China, en el cual se destacó que la colaboración en energía limpia, manufactura y vuelos civiles directos también ha tenido un avance destacado.
Y mientras el presidente de Estados Unidos parece cerrar la puerta a México y poner fin al tratado de libre comercio, el presidente XI solicitó desarrollar los diálogos y mejorar la cooperación estratégica con México, de modo que se aprovechen al máximo sus respectivas ventajas comparativas, para construir una cadena de suministro que enlace a ambos países y se irradie a las regiones circundantes.
Pero Xi fue aún más lejos y le señaló a Peña Nieto que los dos países deben intensificar de manera conjunta la cooperación regional e impulsar la creación de un Área de Libre Comercio de Asia-Pacífico. Con ello, México tiene ahora la posibilidad de fortalecer sus relaciones comerciales con China, en el momento en que Estados Unidos parece haberlo dejado desprotegido.
China no sólo ha anunciado inversiones millonarias para reactivar la “Nueva Ruta de la Seda”, a fin de unir a Asia con Europa y África, sino que ha prometido inyectar 80 millones de dólares para fortalecer los lazos de cooperación entre los BRICS, con lo cual espera apoyar a las economías emergentes, reducir las diferencias en su desarrollo y hacer de los BRICS un bloque con mayor influencia en la gobernabilidad democrática global. Sin embargo, esos 80 millones de dólares sólo son una parte de los 124 mil millones prometidos en mayo para darle vida a la “Nueva Ruta de la Seda”.
Sin duda alguna, al igual que México ha hecho inversiones con los países centroamericanos para construir infraestructura que integre los mercados, que acerque las materias primas a las plantas procesadoras y los productos a los mercados, China también tiene ese propósito a nivel global. Los países del BRICS invirtieron hasta ahora 197 mil millones de dólares en el extranjero en 2016, pero sólo el 5.7% de esos recursos fueron a parar a sus territorios nacionales, de acuerdo al presidente Xi Jinping, quien hizo hincapié en la necesidad de establecer mejores conexiones entre los países, en mejorar la infraestructura para la integración, liberalizar el comercio y las inversiones, permitir un movimiento más flexible de las monedas y los productos financieros.
Nada mejor podría escuchar México ahora que Donald Trump amenaza con iniciar el proceso de salida de su país del TLCAN y Canadá avanza en un acuerdo comercial con China; sólo esperemos que la inteligencia se imponga en esta ocasión, frente a la terquedad de mantener unas relaciones comerciales con Estados Unidos que pueden ser desventajosas para México. ¿Por qué conformarse con exportar sólo el 1.5% a China y alrededor del 6.5% a América Latina y el Caribe?

Por: José Luis Ortiz Santillán
Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.