La elección presidencial se calienta y Facebook vuelve con la pendejada de que “blindará” los datos de sus usuarios con filtros más estrictos para evitar que se conozcan las identidades y preferencias de todo tipo de sus cibernautas.
La estupidez del portal de Facebook y su creador, Mark Zuckerberg, estriba en que esconde y protege sus intereses comerciales, o es un portal manejado por un pendejo ingenuo que cree que sus alcances tecnológicos ponen a salvo de cualquier evento a uno de los almacenes más grandes de datos centrados en la estupidez; lo superfluo y el blof más absurdo, pero lucrativo, que hayamos podido ver dentro de las redes sociales.
Los pelos de punta en el caso de México se deben a que ya conocemos la película de la elección de Donald Trump, que fue apoyado por cuestiones de intervención cibernética en las redes sociales, e inclusive por hackers y consultoras de otros países, cuestión por la cual los candidatos en México (por lo menos algunos) están preocupados ante un posible manejo indiscriminado de ello, aunque en cuanto a guerra sucia de videos y memes están bastante avanzados sus colaboradores.
Facebook es una verdadera mierda, pero para sus usuarios es como un portal mágico, un paraíso terrenal donde lo superfluo y lo banal se convierte en camino de vida, porque quienes lo suelen utilizar, salvo raras excepciones, lo hacen por cuestiones de socialización absurda que se puede entender de usuarios de temprana edad, pero más allá es poco menos que un cuchillo en la piel.
En la suma del día, las disculpas de Zuckerberg y de su portal mágico donde el uso de datos está por cualquier lado, la mentira y la insolencia de Facebook, nos recuerda que prometer no empobrece, por lo que en un mundo donde somos ampliamente visibles, no existen mayores candados para proteger la intimidad, y cuando portales como Facebook son un negocio para miles de cadenas de valor, es evidente que nada hará impenetrables nuestras identidades.
Facebook, el portal del inframundo donde las estupideces y las veleidades se unen para darle fuerza a la mentira y la insolencia, mientras la dignidad humana es pisoteada sin mayor escrúpulo y en la complacencia tácita de sus usuarios.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
