El deterioro en la contienda electoral de los partidos de oposición en Hidalgo ha ido perfilando en la ciudadanía una ventana de oportunidad en la búsqueda de alternativas políticas que ubiquen una estructura partidista que permita forjar un nuevo consenso de la política a nivel nacional.
Movimiento Ciudadano, el partido naranja, ha ido encumbrando un capital político propio, en una batalla donde los dos grandes flancos se integran por los partidos del antiguo régimen y el poderío guinda del oficialismo. En este escenario en Hidalgo, Movimiento Ciudadano todavía no ha construido la historia necesaria para encausar como interlocutor el apego social para edificar un presente y plantear un mejor futuro. Empero, Adriana Flores, su abanderada al Senado, se ha presentado con una oferta política fresca que, en el primer debate, generó reflectores que no ha conseguido su correligionario de partido Pablo Gómez.
El ascenso de Adriana Flores está precedido de una trayectoria de 20 años de lucha social en Hidalgo y, su defección al PRI, – a diferencia de las del GPI-, ha causado estragos en la cúpula tricolor, que no ha podido contener el discurso de la candidata naranja sobre “desterrar a la vieja política de Hidalgo”. Esta condición posicionó a Flores en el segundo lugar del pasado debate, donde Simey Olvera perfiló el poderío guinda.
Al igual que como sucede con el fenómeno “Máynez”, que ha encontrado resonancia política en el tercio joven de la población a nivel nacional, Adriana Flores se ha encumbrado en la adhesión de jóvenes hidalguenses, pero en una respuesta y fuerza singular. Así también la candidata naranja cuenta con un amplio apoyo de personas de la tercera edad que se identifican con sus propuestas en Hidalgo.
La parametría indica que el proyecto de Movimiento Ciudadano no habrá de ganar la elección presidencial. Sin embargo, su capital político se ha incrementado, poniendo en riesgo a los partidos de la alianza opositora que ya perciben los fantasmas del registro, por lo que la fuerza naranja prospecta un futuro importante en los escenarios políticos en el próximo sexenio.
La figura de Luis Donaldo Colosio Riojas ya concita en diferentes círculos políticos una opción que debe ser revisada en los corrillos y estructuras gubernamentales, más allá del capital político y empatía social que puede generar su historia personal. Colosio Riojas ha tendido puentes con el tercio generacional de la juventud y su preparación política ha apuntalado el capital político en MC.
Si atendemos a los números logrados por Mariana Rodríguez en Monterrey, su empatía y simpatía mediática la han posicionado como una de las cartas fuertes, no sólo a la alcaldía regiomontana, sino para trascender en la esfera pública. El fenómeno fosfo-fosfo aparece como luz en la palestra política.
Estos ejemplos de presencia política de MC hacen de la candidatura de Adriana Flores al Senado y de Guillermo Peredo a una diputación por Movimiento Ciudadano en Hidalgo, un inicio de la “tercera vía”, la cual constituye una renovación democrática de las lógicas y discursos que permearon por décadas desde el antiguo régimen y que hoy han sido desbancados por la alternancia política hidalguense y los proyectos partidistas como MC.
La fuerza política naranja se está jugando, en prospectiva, el ascenso de una vertiente política que no había sido tomada en cuenta pero que, con sigilo, ha ganado espacios importantes en la palestra política nacional.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
