AMLO y el Congreso vs Poder Judicial

El desencuentro entre los poderes Legislativo (la mayoría de Morena) y Ejecutivo (AMLO) con el Judicial (magistrados y tribunales) arroja signos de alerta y preocupación sobre el presente y futuro de cómo se gobernará el país.

Por un lado, el presidente ha sostenido que en su gestión promovería un sano equilibrio entre poderes, pero en los hechos el tabasqueño asume la postura de golpear y exhibir a sus históricos adversarios con un encendido lenguaje en lo que él llama “dispendio y excesos salariales de los magistrados y jueces del Poder Judicial federal”.

En la lógica del mandamás del país, contradecir su programa de austeridad o considerarlo “anticonstitucional” detona su enojo y la furia de sus correligionarios en el Congreso, además lo desafía a imponer a toda costa, empleándose a fondo en un debate en la opinión pública,  la aceptación de la ciudadanía a la reducción de percepciones de la alta burocracia de la administración pública.

En la reciente metamorfosis de la izquierda, senadores y diputados de Morena y PT  (mayoría en ambas cámaras) actúan muy distinto que cuando eran una estoica oposición; con el poder en la mano se convirtieron en un cuerpo homogéneo, acrítico, obediente y pasivo respaldando a ciegas la (s) propuesta (s) del Jefe del Ejecutivo en todos los órdenes. Sin menor pudor lo mismo atacan con una verborrea de odio de clase a quienes detienen la iniciativa por reducir las percepciones de los altos cargos con duros señalamientos a los altísimos salarios de los funcionarios y magistrados que aplastan con un discurso maniqueo a los impartidores de justicia con descalificaciones e insultos que se aleja  del debate serio e inteligente que uno esperaría de un cuerpo legislativo.

El frente “Todos unidos en torno a AMLO” se ha propuesto fijar en la opinión pública la tesis de legitimar el recorte de sueldos a burócratas con adjetivos como “enemigos del pueblo”, “enriquézcase en otra parte”, “sólo Trump gana más que el presidente de la SCJN”, etcétera.

Así, el Poder Judicial compuesto por una burocracia muy heterogénea arguye con una defensa a sus salarios porque, según ellos, no todos son beneficiados por tan onerosos sueldos y prestaciones. Por lo anterior, si AMLO no es capaz de transparentar con toda claridad el tamaño de ahorro que representaría el recorte, prevalecerán la injuria, las generalizaciones y los ataques sin fundamento contra el Poder Judicial, y de paso se debilitará la credibilidad de las instituciones que para echar a andar la Cuarta Transformación son indispensables.

Cuando AMLO y Morena ganaron las elecciones no calcularon el desgaste que representaría irse contra ese hermético poder que resuelve las controversias constitucionales, en particular porque no todos los jueces de la Suprema Corte de Justicia de la Nación son afines a su proyecto político. Ojalá la Corte tuviera magistrados como Olga Sánchez Cordero, así no habría diferendos entre el Ejecutivo y el Judicial.

La postura de AMLO parece ganar en el termómetro de la opinión pública, pero el Poder Judicial no se dejará pisotear sin dar grandes batallas legales. Veremos en qué termina este duelo; en una lucha a tres caídas, los de la Cuarta Transformación ya perdieron la primera. ¿Resucitarán o se irán al desempate?, sólo el tiempo dirá.

Por: Mario Ortiz Murillo

Maestro en Estudios Regionales, realizó estudios de Marketing político y gubernamental. Académico, periodista y sociólogo urbano; amante de los mejores y peores lugares de la Ciudad de México, a la que pensó que le venía mejor rebautizarla como Estado de Anáhuac que CDMX. Desertor de la burocracia convencido de la poderosa energía de la sociedad civil y marxista especializado en la corriente Groucho (Marx). De profundas raíces fronterizas chihuahuenses, se siente más juarense que Juan Gabriel, aunque ninguno de los dos haya nacido en la otrora Paso del Norte. A punto de doctorarse, le ha faltado tiempo (y motivación) para lograr el grado. Observador de la política nacional e internacional que siempre le resulta un espectáculo más divertido que la más sangrienta de las luchas de la Arena Coliseo. Entre los personajes que más ha respetado en la política se encuentran Heberto Castillo, Arnoldo Martínez Verdugo, Valentín Campa, Carlos Castillo Peraza, Luis H. Álvarez, Olof Palme, Willy Brandt y Fidel Castro. Todavía sueña que en este país la izquierda merece una oportunidad para llegar a la Presidencia de la República; espera verlo antes de morir.






EL ABISMO - Mario Ortiz Murillo

Maestro en Estudios Regionales, realizó estudios de Marketing político y gubernamental. Académico, periodista y sociólogo urbano; amante de los mejores y peores lugares de la Ciudad de México, a la que pensó que le venía mejor rebautizarla como Estado de Anáhuac que CDMX. Desertor de la burocracia convencido de la poderosa energía de la sociedad civil y marxista especializado en la corriente Groucho (Marx). De profundas raíces fronterizas chihuahuenses, se siente más juarense que Juan Gabriel, aunque ninguno de los dos haya nacido en la otrora Paso del Norte. A punto de doctorarse, le ha faltado tiempo (y motivación) para lograr el grado. Observador de la política nacional e internacional que siempre le resulta un espectáculo más divertido que la más sangrienta de las luchas de la Arena Coliseo. Entre los personajes que más ha respetado en la política se encuentran Heberto Castillo, Arnoldo Martínez Verdugo, Valentín Campa, Carlos Castillo Peraza, Luis H. Álvarez, Olof Palme, Willy Brandt y Fidel Castro. Todavía sueña que en este país la izquierda merece una oportunidad para llegar a la Presidencia de la República; espera verlo antes de morir.