Nada tan digno como la naturaleza de la política cuando sirve al ciudadano y hace de la Nación el espacio de libertad y justicia del pueblo; virtudes que desde hace décadas el PRI dejó de lado y las convirtió en retórica y demagogia barata.
Benjamín Rico, actual dirigente del Comité Municipal del PRI, ha dimitido para buscar en los comicios del 2024 la alcaldía de Pachuca, que hoy se encuentra bajo la infausta administración de Sergio Baños, priista hasta hace unos meses y actualmente en las filas del Grupo Plural Independiente (GPI), adherido al Partido Verde Ecologista.
En una declaración más que sentida, Rico Moreno señaló a los medios: “Mi mente tiene un claro propósito, sabe lo que mi corazón anhela, así que pondré toda mi energía, mi trabajo y pasión para lograr el Pachuca que queremos”, palabras que calaron hondo entre las quince personas que las escucharon: siete periodistas, seis miembros de la comitiva, un chofer y un empleado de limpieza del inmueble.
Después de la contundente derrota que sufrió Rico Moreno de cara a la diputación federal frente a Morena, ¿qué le hace suponer que el escenario del 2024 le favorecerá en la voluntad e intención de voto del electorado y ciudadanía pachuqueña?
El análisis crítico de la postura de Rico Moreno, por más pasión que pueda tener por Pachuca, presenta variables que juegan en su contra. En primer término, no cuenta con capital político en la conducción social en Hidalgo, que no puede confundir con su capital inmobiliario y cuentas congeladas por la UIF; de igual manera, la pauperización política de la alianza PRI-PAN-PRD es de tal magnitud que si estos partidos no fueran unidos, más de uno podría perder su registro en los comicios del 2024; y por si fuera poco, la nefasta y desconcertante administración municipal de Sergio Baños tiene a los ciudadanos al borde del colapso en una irritación que le generaría cáncer a cualquier esófago.
Estas tres variables de la realidad hacen inviable que la pasión por Pachuca que siente Rico Moreno se imponga para abrir, de cara a las elecciones del próximo año, una ventana de oportunidad que le permita hacer “el Pachuca que queremos”, es más, ni siquiera para dejar un buen sabor de competencia en la boleta electoral.
La falacia política en la que incurre Benjamín Rico está precedida de desconocimiento o inconciencia sobre la realidad social que no sólo prima en Hidalgo sino en el país, donde es claro que el PRI, el PAN y el PRD han sido abortados por la mayoría de los ciudadanos de antaño y también de las nuevas generaciones, que sólo han escuchado el fracaso que implicaron el tricolor y el blanquiazul en la construcción gubernamental de la Nación.
Para poner en contexto a Rico Moreno: Andrés Manuel López Obrador en su quinto año de gobierno presenta mayor capital político, legitimidad, credibilidad y reconocimiento social (popularidad) por encima de las tres administraciones que le precedieron; Morena es más que un partido político, es un movimiento polivalente que hoy está pletórico en sus filas de políticos rémoras del PRI, el PAN y el PRD, que migraron o defeccionaron por apetito de escaño, no por conciencia e ideología política. La ventaja en intención y voluntad de voto de los aspirantes a cargos públicos de Morena en el país de cara a 2024 es abrumadora, en especial de Claudia Sheinbaum para convertirse en presidenta de la República.
El cuestionamiento de fondo es: ¿en qué escenario posible, probable o imaginario, la falacia política de Rico Moreno se podrá hacer realidad?
