Calamidad política

Un nuevo proceso electoral se cierne en Hidalgo y las añejas prácticas amañadas -que nunca se han acabado- se comienzan a perfilar, todo se ensucia y todo se enturbia. Un mismo tema es tratado de maneras distintas, dependiendo los interlocutores; les describo una vértebra de esta escabrosa dinámica que he podido observar.

En el piso: Hola, Venancio, ¿ya te reuniste con los vecinos de la colonia? Debes tener en cuenta que no vendrá ningún apoyo si no te entregan las firmas y las credenciales de elector; usa el escáner, no se te ocurra, pendejo, ir a sacar fotocopias a la papelería porque nos puede llevar la chingada. Debes ser cuidadoso, en corto ofrece a los seccionales la lana y a la perrada organizar la tardeada que ya te pidieron; por cierto, ya está el dinero para los tamales y el agua del domingo.

Por teléfono: La indicación es que nada se diga en las juntas con los seccionales, la operación es más arriba. Ya se detectaron los operadores y ahora todos callados. Les ordeno que ni a sus putas amantes les comenten el pedo, ya saben lo que pasó con el escándalo de los colorados; se los recuerdo por si algún pendejo lo había olvidado.

En el partido: Comenten en la junta que todo está tranquilo, que democráticamente se harán todos los movimientos y que pase lo que pase debemos estar unidos. Al primer cabrón que esté de revoltoso lo llamas a mi presencia y yo le leo la cartilla, nada fuera del control mío, ¿está claro? A sus órdenes.

Desde la sombra: Los sondeos de opinión señalan que hay ventaja de sobra de los bueyes de enfrente, pero nos llegó una remesa de lana y estamos negociando que sea el nuestro el que acepten. El pedo es que debe renunciar esta semana al partido, de lo contrario las cosas se pondrán de la mierda, pero si el amarre nos sale, jugaremos en dos lados y nos convertiremos en fuerza decisoria.

Desde la ciudadanía: Nada cambia, Filemón, estos cabrones con las mismas promesas y nosotros cagados de hambre, pero no falta el pendejo que les sigue creyendo. No, compadre Dionisio, la verdad es que van por los tamales y las gorras, ¡hasta crees que les hacen caso! El que suelte más lana o tamales, ese es el bueno, ya sabemos que una vez en el gobierno, puras promesas.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.