El 19 de diciembre los chilenos elegirán presidente de la república en la segunda vuelta y habrán de pronunciarse por la opción de la extrema derecha representada por el candidato José Antonio Kast Rist, o bien, por la izquierda de la que forma parte Gabriel Boric Font.
La incertidumbre ciudadana se debe a que los perfiles de los candidatos no muestran matices de moderación política, pues en el caso de José Antonio Kast, su adhesión irrestricta al pasado de la dictadura de Augusto Pinochet lo vincula a un negacionismo histórico en un país herido por los campos de concentración, la tortura, la persecución y el exilio, que impidieron a la libertad y la paz social estar presentes en generaciones completas y con ello crear las condiciones de desarrollo social y respeto a los derechos humanos, que llevaron a un cisma social que aún no se recupera.
En torno a Gabriel Boric, candidato de la izquierda, las sombras se ciernen sobre el desarrollo económico en un Estado capitalista y la atención directa a la migración que se ha recrudecido en el país trayendo una ola de delincuencia y desencuentro social; vectores que han tenido pronunciamientos débiles por parte del candidato de la izquierda y que se suman a la prospectiva anhelada por los chilenos de alcanzar en esta década el sitio de país desarrollado, de acuerdo a los pronósticos de la OCDE.
Pese a que José Antonio Kast resultó triunfador en la primera vuelta con el 27,9% de los sufragios, contra el 25,8% obtenido por Gabriel Boric, la campaña de la segunda vuelta mantiene a Boric en las encuestas más conservadoras con una ventaja del 8%, debido a que la campaña de piso del candidato de izquierda se ha efectuado en los sectores que no le favorecieron y que atendió como oportunidad de voto desplegando su programa de trabajo, causando empatías en estos sectores y en los indecisos; mientras que José Antonio Kast descuidó el inicio de la campaña de la segunda vuelta realizando un viaje relámpago a Estados Unidos, lo que fue visto como una pretensión de aliarse con las élites del poder mucho antes de ser electo presidente, al tiempo que descuidó al electorado que no le favorecía y que ahora se une a los votos volátiles.
Desde la vuelta a la democracia en 1990 en Chile, nunca un candidato que haya resultado triunfador en la primera vuelta ha perdido su ventaja, pero la historia cambia y en estos momentos aciagos en el país andino, las cosas pueden cambiar.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
