Chile ha dado un gran salto en su historia al impulsar la creación de un nuevo Contrato Social que emerja de la ciudadanía y no de un grupo o clase política, lo cual presupone refundar a la nación.
En este doloroso tránsito, que pretende dejar atrás los crímenes y pesares de la dictadura militar de Augusto Pinochet, sobresale el hecho de que las mujeres chilenas están peleando por construir una constitución paritaria, capaz de preservar los derechos de todos los chilenos sin distinción; se trata, pues, de una inmejorable oportunidad de terminar con los contratos sociales patriarcales y rearticular las ideas de la diversidad y pluralidad social.
La verdadera lucha feminista debe centrarse en su teoría crítica, en la búsqueda de igualdad de oportunidades para todos, la diferencia y heterogeneidad como principios de nuevas racionalidades y formas de interacción social; en ello estriba la armonización de un nuevo espíritu social, no sólo en Chile, sino en el orbe.
Sin duda, existen muchos obstáculos a vencer en esta redefinición del contrato social en Chile, pero existen mayores retos en hacer de ésta una oportunidad para toda la humanidad.
El feminismo en el mundo ha llegado a un punto donde luchar por la equidad de oportunidades debe abrirnos los ojos para encausar, de una vez por todas, una nueva relación entre los seres humanos, esto es vital.
El salto cualitativo a una nueva era donde ningún ser humano sea excluido de los beneficios del Estado, fincando una racionalidad de justa distribución de oportunidades, no sólo es posible, sino necesario; no podemos seguir en la mierda social que hemos vivido, no podemos seguir en la opresión y explotación en la que hemos vivido.
Chile es nuevamente el gran laboratorio de América Latina y el mundo, pero mucho más significativo, pues traza la ruta de una humanidad que debe entender que los seres humanos no somos antípodas, que podemos construir una realidad para todos, que debemos hacer una reingeniería de nuestras vidas, que ha llegado el momento de usar nuestra inteligencia para armonizar, no para destruir ni oprimir.
Bien por las mujeres de Chile, bien por las mujeres del mundo, bien por la humanidad.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
