En promedio, la Defensoría Universitaria de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) recibe tres quejas al día por parte del alumnado, informó su titular, Elsa Leonor Ángeles Vera, quien añadió que en las últimas semanas ha habido un aumento significativo en las de índole sexual.
Abundó que Medicina y Derecho son las unidades académicas con más incidencias. En el primer caso, mencionó que existen “usos y costumbres” propios de la carrera en los que se observan comportamientos autoritarios por parte de los catedráticos, sometiendo a los estudiantes a una exigencia extrema.
Incluso señaló que en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los alumnos de esa facultad presentan mayores indicadores de suicidio a nivel nacional.
La defensora precisó que con los estudiantes de esta licenciatura que cursan alguna especialidad en algún hospital, “pasan cosas que no tienen que pasar durante una guardia nocturna, especialmente las compañeras mujeres”.
En este contexto, destacó que el nuevo Protocolo de Atención a la Violencia de Género ahora incluye como responsabilidad de la Universidad tomar medidas al respecto, lo cual no ocurría anteriormente ya que se consideraba un asunto externo, no obstante, los médicos en formación pertenecen a la máxima casa de estudios.
Por otro lado, en la licenciatura en Derecho persisten prácticas con una marcada tendencia sexista. Por ejemplo, durante los días de exámenes, se espera que las alumnas se presenten forzosamente arregladas y con vestido o falda para poder realizar sus evaluaciones, aunque esta medida no esté inscrita en la normativa oficial. Además, se observa un ambiente de acoso entre los propios estudiantes debido al alto nivel de competencia interna.
Otro aspecto relevante se refiere a la situación en los bachilleratos, donde se registra un importante número de casos de violencia digital.
En este sentido la titular de la Defensoría explicó que es frustrante lo que sucede, ya que de por sí con la Ley Olimpia en los propios ministerios públicos es muy complicado comprobar la responsabilidad en este tipo de casos, mucho más en la UAEH, donde no se cuenta con las facultades para retirar un teléfono, ni con las herramientas tecnológicas para revisarlo a fondo.
Sin embargo, señaló que existen problemas muy graves de violencia digital, especialmente involucrando a menores de edad.
Ángeles Vera mencionó que actualmente hay una mayor confianza entre la comunidad estudiantil para denunciar las agresiones ante la instancia a su cargo, pero reconoció que existe un importante reto. Lo anterior, toda vez que las universidades están siendo exigidas a alcanzar estándares muy altos en la lucha contra la violencia de género, mientras que el Sistema de Justicia Laboral está rezagado.
Puso como ejemplo que, al llegar al tercer apercibimiento, un profesor se retira de la institución, pero en ocasiones optan por recurrir a demandas laborales, donde lamentablemente suelen ganar los casos, lo que resulta en una revictimización grave.
“Para una víctima que se atrevió a denunciar, que la institución se atrevió a sacarlo (al catedrático agresor) y esa persona regresa por un dictamen de un juez que es inapelable, que lo regresas al mismo puesto, con su mismo sueldo, los salarios caídos, las mismas prestaciones”, subrayó.
Por ello, resaltó la importancia de elaborar expedientes robustos que cumplan rigurosamente con el debido proceso y la debida diligencia, de manera que puedan respaldar la batalla legal.
