El audio de Simón

Se ha dado a conocer el audio de una supuesta conversación entre el secretario de Gobierno, Simón Vargas, y Hugo Sánchez Quiroz “El Húngaro”, líder campesino de San Salvador, que con altavoz activado y manifestantes a su alrededor, así como comunicadores, van tocando temas en lenguaje coloquial, atención que forma parte de la chamba del funcionario estatal.
Se escuchan planteamientos que hace “El Húngaro” y las respuestas del secretario, ambos conversan brevemente, en forma clara y sin más intencionalidad, por lo que se oye, que encontrar caminos de entendimiento entre los manifestantes y el delegado general del gobierno federal, Abraham Mendoza, con quien, por la forma de expresarse de Simón, debe haber buenos modos.
Querer sacar raja grilla de esta conversación, y más por los tiempos electorales, hablar sobre la relación López Obrador-gobierno de Hidalgo, decir que se observan problemas, y peor aún, andar pidiendo renuncias, es querer manipular un hecho para llevar agua a su molino.
Lo que se escucha en la conversación, que en algunos motiva la rasgadura de túnicas, gritos de escándalo y ponerse ceniza en la cabeza por fallas que sólo ellos ven, habla de cómo se enturbian las cosas cuando cualquier piedra sirve para golpear.
Simón tiene la obligación de oír a todos, es su trabajo y seguramente lo hace en el tono del interlocutor, porque el lenguaje es el camino del entendimiento. Llegar a acuerdos es su chamba, porque cerrarse sería un grave error.
Lo que no va es sacar juicios temerarios de malas prácticas políticas, pues manifiesta la intención de grupos y personajes que, con lupa, buscan motivos para lastimar.
Que si el secretario habla de grillas, de participación política para las elecciones que vienen, que da juicios sobre personajes, es lo que se espera de un funcionario de Gobierno al que le buscan de todo para atacarlo, y por algo será. Porque algunas conclusiones de la conversación están muy rebuscadas, incluso ya piden corte de cabeza, pero está claro que Simón lo hace bien, que cumple con su responsabilidad y que, por lo mismo, les estorba en sus planes de poder.
En todo caso, quienes deberían renunciar son ciertas autoridades universitarias que, pese a denuncias de agresiones sexuales contra más de 25 universitarias por parte de maestros y personal de la casa de estudios, esconden la cabeza en modo avestruz y no aceptan su responsabilidad. Esos sí deberían renunciar, empezando por sus autoridades insensibles y tapaderas.
Lo de Simon y su celular no deja de ser parte de la grilla que cada quien trae en su cabecita.


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